El empresario mallorquín Tolo Servera preside en la actualidad la Asociación de Empresas de Distribución de Alimentos, Bebidas y Limpieza (ADED) de Baleares, conformada por empresas isleñas que abastecen sobre todo a hoteles y restaurantes del Archipiélago. Servera es también hoy vicepresidente de la patronal Afedeco, que además presidió años atrás. Su profundo conocimiento del sector de la distribución y del sector del pequeño y mediano comercio hacen que la voz de Servera sea una de las más respetadas y valoradas cuando se pronuncia sobre la crisis económica y social derivada de la pandemia.
¿Cómo afectó al sector de la distribución el confinamiento que hubo de marzo a junio?
No lo llegamos a cuantificar en cifras, pero es evidente que ese confinamiento afectó al sector de una forma importantísima, más allá de los productos específicos con que trabajaba cada empresa de distribución. En el caso de las que trabajaban con productos perecederos —quesos, yogures, embutidos, etcétera—, las pérdidas fueron cuantiosas, porque no hubo ninguna posibilidad de poder dar una salida normal a esos productos.
¿La situación se normalizó un poco al inicio de la primera desescalada?
Bueno, como todos sabemos, en junio hubo una iniciativa público-privada —el plan piloto de apertura de corredores turísticos seguros— que funcionó muy bien y que permitió volver a abrir los hoteles de aquí. Esa iniciativa sólo duró algo más de un mes, pero al menos sirvió para coger un poco de esperanza. Además, los distribuidores pudimos dar algo de salida a nuestros productos. Lamentablemente, esa iniciativa turística se acabó pasadas unas semanas. En aquel momento, los distribuidores de ADED nos volvimos a encontrar casi con el mismo problema que habíamos tenido ya en Semana Santa, con "stocks" a los que no pudimos dar salida, que nos tuvimos que quedar o tirar.
"El sector del pequeño y mediano comercio está desde hace muchos años, no sólo ahora, en una situación difícil, pues recibe golpes de todos lados"
¿El hecho de poder distribuir a los restaurantes alivió algo la situación?
Sin duda, si bien lo único que nos quedaba como distribuidores y proveedores era lo que había, que era un pequeño porcentaje de restaurantes abiertos, no todos, ni mucho menos. Aun así, es cierto que eso, de alguna manera, ayudó un poco.
¿Cuál sería el balance global de 2020?
Para que se entienda un poco la dura situación vivida por los distribuidores el año pasado, recalcaría que las empresas a las que mejor les fue bajaron más de un 80 por cien en 2020 con respecto al año anterior. Todo ello, pagando los mismos impuestos, seguros y tasas, a pesar de tener los camiones prácticamente parados. Además, habría que añadir también posibles impagados y demoras de cobro.
Y ahora mismo, ¿el 'take away' sería sólo una especie de respiración asistida?
Es así, usted lo ha definido muy bien. Esencialmente, el 'take away' lo han podido hacer ahora sólo aquellos restaurantes y cafeterías que son negocios familiares, en donde los propietarios se han sacrificado para poder tener abierto. El 'take away' no da para poder pagar a ningún trabajador, salvo en el caso de aquellas empresas que ya lo hacían desde siempre. El 'take away' permite que algo se mueva, pero estamos todos con unas pérdidas tan grandes, que si esto no se arregla antes de junio con un porcentaje de vacunación muy alto, creo que prácticamente ninguna empresa de ningún sector podrá resistir.
"Las empresas de distribución a las que mejor les fue bajaron más de un 80 por cien en 2020 con respecto a 2019"
¿El pequeño y mediano comercio resiste estas semanas quizás un poco mejor?
Yo diría que el sector del pequeño y mediano comercio está desde hace muchos años, no sólo ahora, en una situación difícil, pues recibe golpes de todos lados. Piense que ya sólo con la sobreoferta de los grandes operadores es muy complicado que los comercios puedan competir. En ese contexto, el hecho de poder tener abierto o de mantener abierto un negocio no es una ventaja, sino un sacrificio. Además, el 99 por cien de los pequeños comercios que siguen abiertos suelen ser, como en la restauración, empresas familiares en las que los propietarios aguantan abiertos con pérdidas. A veces incluso empiezo a dudar de si quizás la mejor opción sería tener cerrado. Por tanto, y respondiendo ya más en concreto a su pregunta, la apertura de estas semanas no le ha bastado para nada al pequeño y mediano comercio, que no se ha recuperado.
¿Qué está suponiendo Internet para el pequeño comercio, una oportunidad o una losa?
Bueno, yo creo que tendríamos que diferenciar lo que es Internet de lo que son las nuevas grandes plataformas de distribución, que se cargan no sólo al pequeño y mediano comercio, sino también a las grandes superficies. Por lo que respecta a Internet, la gente más joven considera que es una forma de comprar. Yo pienso que no, pues siempre he creído que el hecho mismo de comprar es, entre otras cosas, un motivo de distracción y de salir a pasear. Aun así, es cierto que las empresas que han podido poner en marcha una web propia han tenido algún pequeño resultado positivo. En cualquier caso, lo verdaderamente preocupante es la venta on-line de las grandes plataformas, que acabarán con todo.
¿Qué perspectivas económicas diría que hay para el verano en Baleares?
En alguna ocasión he señalado ya que no sé cómo definir el escenario que veo para el próximo verano si al final no hay vacunas suficientes en mayo o junio para poner en marcha el turismo. Lo que sí está claro es que no resistiremos un segundo verano como el anterior. Por eso, hemos creado una plataforma empresarial para llamar la atención sobre esas circunstancias, para que la información que reciben los políticos no sea la oficial, sino la real, que sinceramente creo que no la tienen. Si la tuvieran, pienso que actuarían de otra manera. Nosotros estamos actuando ya ahora para ofrecer nuestra ayuda. Veremos si la aceptarán.
"Si Armengol no nos ha recibido aún es, seguro, por un problema de agenda; no tengo ninguna duda de que nos recibirá enseguida que pueda"
¿Cómo valoran la iniciativa SOS Turismo?
Nos parece perfecto que haya iniciativas con sentido común, como por ejemplo SOS Turismo. Por nuestra parte, como le acabo de comentar, nosotros tuvimos recientemente la idea de crear una plataforma empresarial, a la que hasta el momento se han adherido 59 patronales. Desde el primer momento, tanto ADED como Afedeco hemos apoyado y seguiremos apoyando a esa plataforma. Debemos concienciarnos todos de que si no somos capaces de aquí a junio de conseguir vacunar al 70 por cien de la población, lo que quebrará no será un sector ni serán unas determinadas empresas. Aquí lo que quebrará será la comunidad balear, incluidos también los ciudadanos.
¿Cuál es el objetivo de la nueva plataforma empresarial?
Lo que venimos diciendo todos desde hace mucho tiempo es que sin ese porcentaje de vacunación y sin ayudas económicas será imposible resistir. Eso lo queremos transmitir personalmente a la presidenta del Govern, Francina Armengol, cuando nos reciba, y así se lo hemos transmitido ya a la delegada del Gobierno en Baleares, Aina Calvo, con el compromiso de que intentará una entrevista al más alto nivel político del Estado.
¿Aún no les ha recibido la presidenta?
Nosotros pedimos una entrevista con la presidenta del Govern y otra con la delegada del Gobierno en Baleares, que sí nos ha recibido ya. Estoy seguro de que si la presidenta aún no nos ha recibido es por un problema de agenda, pero no tengo ninguna duda de que nos recibirá enseguida que pueda.
¿Y qué diría de la Plataforma Vacunas, Salud y Economía, impulsada por Miquel Munar?
A título absolutamente personal, no como representante de ninguna entidad, yo diría que es muy delicado crear falsas expectativas en estos momentos en que todos rozamos la desesperación. Lo último que necesitamos ahora es que nos hagan creer cosas que no son posibles. Con el máximo respeto a todas las personas que han apoyado a la plataforma impulsada por el señor Munar, pienso que hoy es una irresponsabilidad total y una temeridad que alguien se atreva a decir: "Me mandarán vacunas cuando yo quiera". Todos sabemos que en estos momentos es absolutamente imposible que ningún país europeo vaya por libre para comprar vacunas y, por tanto, mucho menos factible todavía es que lo haga una comunidad autónoma como la nuestra.