Todo es aún posible

Si hay algo que ningún mallorquinista de corazón discute este año es la entrega, partido tras partido, de los jugadores bermellones que cada fin de semana saltan al campo. Ese reconocimiento permite que se mantenga aún esa conexión casi mágica que había la pasada temporada entre los aficionados y los distintos componentes del equipo, incluido nuestro a veces algo enrabietado míster, claro.

Esa conexión explicaría por qué este sábado, ante el Alavés, había la sensación en Son Moix de que el Mallorca podía acabar ganando el encuentro, a pesar del penalti errado por Salva Sevilla en la primera parte y del gol anulado a Dani Rodríguez en los primeros minutos del segundo tiempo. El equipo en su conjunto ha sabido sobreponerse a ambos contratiempos, pese a su delicada situación en la tabla, y ha seguido jugando bien, como si efectivamente aún creyera que era posible el triunfo, con permiso del maléfico VAR, claro.

Una vez más, la entrada de Take Kubo al terreno de juego se ha notado para bien y en una gran jugada colectiva ha llegado el uno a cero con el que todos soñábamos, fruto de la perseverancia y de la fe. Su autor ha sido, en dos tiempos, el Cucho Hernández, quien además ha marcado de ese modo su primer tanto como jugador del Mallorca. El pase previo lo había recibido de Leonardo Koutris, quien hoy se ha estrenado tras la inesperada lesión de Lumor en el primer tiempo, que nos dejó a casi todos un poco preocupados, claro.

En una semana que sin duda había sido algo movida en los despachos, con la destitución de Maheta Molango como consejero delegado del club, el equipo lo ha dado una vez más todo sobre el césped, dejando además la portería a cero y obteniendo la justa recompensa de poder sumar tres puntos más en la tabla clasificatoria. Todo es aún posible. Con permiso del Espanyol, del Leganés y del Celta, claro.