Tocar los canales
sábado 28 de marzo de 2015, 18:59h
La consellera portavoz Núria Riera confirmó el pasado viernes, en la rueda de prensa posterior al Consell de Govern, la desaparición en Balears de los canales de televisión 3/24 y 33, ambos de Televisió de Catalunya. Aunque el Govern se escuda en problemas técnicos insoslayables por mor de la reordenación de la TDT y enfatiza que no se trata de una decisión política sino meramente técnica, no cabe duda de que la desaparición de dos canales en lengua catalana supone una mala noticia. Y aún peor porque si hubiese voluntad política, posiblemente también se encontrarían soluciones técnicas que pasan por el diálogo entre el Govern de la Generalitat de Catalunya y el Govern de les Illes Balears, aunque sean de formaciones políticas distintas.
Hasta finales de legislatura el Ejecutivo autonómico no ha sido capaz de reducir el ruido ambiental provocado por decisiones que una parte importante de la ciudadanía interpreta como ataques a la lengua propia de Balears, como establece el artículo 4.1 del Estatut d’Autonomia de les Illes Balears aprobado en 2007. Inexplicablemente ahora decide tocar los canales y ponerse nuevamente en el punto de mira de las organizaciones en defensa del catalán al suprimir del espectro radioeléctrico la emisión de dos importantes canales que emiten en esta lengua, uno dedicado a informativos 24 horas y otro dedicado al conocimiento y la cultura. Se trata de una pérdida que hay que lamentar.
Con esta muerte anunciada el Govern de José Ramón Bauzá reactiva la polémica por su política lingüística en contra del catalán. La entidad catalanista Obra Cultural Balear ha convocado una concentración de protesta el próximo 2 de abril ante el Consolat de Mar. El Govern, de consumarse la desaparición de los canales 3/24 y 33, habrá perdido una oportunidad de oro para dejar sin argumentos a quienes acusan al PP de Bauzá de no proteger la lengua catalana. Encontrando una solución para salvar estos dos canales el Govern podría apuntarse un tanto muy valioso para silenciar las críticas por su política lingüística, que ha variado sensiblemente en estos últimos cuatro años abandonando el consenso que el propio PP logró en esta cuestión. Ahora el Govern debiera encontrar una solución viable que demostrase que aprecia la lengua propia, como siempre había hecho el PP y de lo que presumía el expresident Gabriel Cañellas en la cena de Algaida ante Bauzá. Cuando la polémica en materia de lengua estaba bastante acallada, el Ejecutivo consigue reactivarla con una evidente torpeza política. Todo por tocar los canales.