Tiburones
lunes 05 de agosto de 2019, 03:00h
Utilizo esta palabra por ser isleño para definir a los trúhanes, sinvergüenzas, faltos de ética, estafadores, gente sin valores, en definitiva, unos auténticos hijos de mala madre, que infestan a nuestra sociedad. Por cierto, aunque no utilice el termino femenino de “tiburonas” en este artículo quedan reflejados todos y todas.
Están en todas las capas sociales, los detectas rápido, en el coche cuando se te pegan sin justificación o hacen maniobras que ponen en peligro la vida de los demás, en los negocios cuando te das cuentas que no tienen límite en la ética, ni rayas rojas, su único amor es el dinero y les ciega la codicia, en la política cuando anteponen sus intereses al de los ciudadanos cueste lo que cueste, en profesiones que eran del máximo respeto hace pocos años como son, abogados con principios y ética a la altura de lo que le puedan pagar, magistrados parciales endiosados, doctores jugando a ser divinos, maestros adoctrinado en vez de enseñando, periodistas escribiendo a razón de sus ingresos publicitarios o de otra índole, deportistas ganando dinero en base a fomentar nuevos ludópatas con las apuestas.
Como ven no es difícil encontrarlos, también es verdad que no son producto de hoy, sino que ya estaban, pero no en la misma medida y obrando con tanta impunidad como hoy en día. Robar a Hacienda tiene un castigo muy severo, arruinar la vida de otras personas con mentiras, calumnias o difamaciones sale muy barato, porque como mínimo en muchas ocasiones dan lugar a la duda entre la gente y el derecho a la defensa en tribunales, no nos engañemos es costoso y hay que armarse de paciencia.
Que los buenos siempre ganan, ya sabemos que es un slogan del buenismo, la realidad es que a veces los buenos ganan y en otras ocasiones pierden porque la verdad puede ser retorcida y hacerla relativa, si a todo esto le unimos las redes sociales, fuente de propaganda de todo tipo sin ninguna clase de filtro prácticamente, el resultado es que los malos tienen hoy en día más armas que los buenos, la presunción de inocencia se ha ido al carajo en algunas ocasiones o incluso peor es aprovechada por delincuentes para salir airosos.
¿Que nos queda entonces? Pues quizás lo más sencillo, todos conocemos a gente que les pasamos por alto muchas cosas, tanto a desconocidos como a famosos, dejemos de hacerlo, que se sientan solos porque sino al igual que los tiburones cuando prueban sangre ya no dejarán nunca de morder y si les parece una manera arbitraria de proceder, por lo menos empecemos a alabar de verdad a los que hacen algo por nuestra sociedad, aquellos desconocidos que mejoran nuestro Planeta cada día en todos los sentidos y cuando se van les añoramos de verdad.