www.mallorcadiario.com

Terrorismo

Por Joana Maria Borrás
domingo 17 de julio de 2016, 02:00h

Escucha la noticia

Imagino, que los estrategas de la psicología y la comunicación analizan con detenimiento el formato de las noticias que aparecen en los medios de comunicación después de cada atentado terrorista. Imagino, que los distintos Gobiernos de cada País, y sus respectivos comités dedicados a analizar la grave situación, a nivel Nacional o Internacional, dedican un tiempo mínimo a examinar como se difunde la noticia a nivel mundial… o acaso no es así?

Imagino también, que no hay nada mejor para los terroristas, que la visualización una y otra vez de la barbarie cometida, explicando los estragos de forma global y numérica: 84 muertos y más de 100 heridos. Como si del resultado de un partido de fútbol se tratara.

No se hasta que punto la humanización de la noticia ayudaría a frustrar algunos actos terroristas, cometidos en solitario, por personas ajenas al sistema del terror, y que, por un motivo u otro, deciden pasar del suicidio de toda la vida, a la masacre generalizada.

Humanizar significa poner cara y nombres a esos números tan asépticos que aparecen en pantalla. Porque por mucho que nos duela, en esa masacre que, informada así, se parece a otras, había niños con sus padres que habían salido a disfrutar de la fiesta; había parejas de gente mayor, que son abuelos, y tenían a sus nietos esperándoles el domingo para comer en casa; había grupos de amigos y amigas que estaban de fiesta y el lunes tenían que volver a sus oficinas dónde habían dejado, quizás, un expediente encima de la mesa para no demorarlo más, o el calendario marcado en rojo con esos días de vacaciones que en agosto les esperaban; había, entre esas personas. algunos corazones solitarios, o corazones rotos que habían salido para despejar las ideas; y parejas enamoradas, cogidas de la mano, pocos minutos antes de que el camión les arrollara.

No sé, si contando esas historias una a una, no escondiendo el dolor que debe azotar en estos momentos a cada familia que ha quedado desamparada en el limbo de la incredulidad, se podría evitar alguna muerte. No sé, si algún potencial terrorista solitario, de esos que deciden auto inmolarse siguiendo instrucciones de un manual en internet, tiene alma y siente el dolor ajeno, pero de ser así, quizás deberíamos mostrarles y demostrarles que el dolor y la rabia que sienten antes de hacerlo, no es patrimonio exclusivo suyo, deberíamos mostrarles el dolor de quienes han perdido lo que más querían y sobretodo, demostrarles que incluso hay quienes sobreviven a ese dolor, a duras penas, pero sin necesidad de cometer una masacre.

No me gustan los números, soy de letras, y me sienta mal verlos hasta en las noticias: el número de muertos en carreteras, el número de muertos en los distintos conflictos bélicos, el número de muertos en un atentado terrorista. Es como si alguien se paseara con una aparatito de esos de contar, y los contabilizara uno a uno.

A mi lo que me importa es que María, que tenía nombre, no volverá el lunes al trabajo. Y que Miguel, que tenía partido el domingo no lo va a jugar. Y que Marta no volverá a ver a su hijo nunca más. Eso es lo más terrible y lo que más cuesta, soy consciente de ello, mirar de cara al dolor, cuando se difunde la noticia, con la perspicacia suficiente, como para no convertir en morbo, lo que debería utilizarse de forma inteligente, por quienes saben de psicología, comunicación, y terrorismo.
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios