La entidad proteccionista Terraferida ha hecho público un estudio que revela que el portal de internet Airbnb ofrece en Mallorca 11.271 alojamientos que carecen de licencia turística, bien porque no la hayan solicitado o bien porque no podrían obtenerla de acuerdo a la normativa en vigor. La mayor parte de esos alojamientos son casas aisladas y apartamentos, mientras que las casas con habitaciones alquiladas a turistas y los ‘bed&breakfast’ son muy minoritarios e incluso casi residuales.
Los datos ofrecidos por Terraferida revelan que el alquiler turístico ha alcanzado en Balears unas dimensiones desmedidas, lo cual afecta a las relaciones sociales y por supuesto al medio ambiente. Entre las consecuencias más visibles está ahora mismo la dificultad del acceso a la vivienda para residentes, con un incremento de precios inasumible para muchos asalariados, así como la presión de una población flotante no debidamente cuantificada y que no contribuye con sus impuestos al sostenimiento de los servicios básicos de la comunidad, sobre los recursos básicos como el agua y la energía.
El Govern debe actuar inmediatamente y con contundencia si se quiere detener el deterioro social, económico y turístico que representan las plazas turísticas ilegales. Es preciso aprobar una normativa muy restrictiva y además incorporar un buen número de inspectores que hagan cumplir la Ley y sancionen a aquellos que no lo hagan, comenzando por las plataformas como Airbnb que comercializan alojamientos turísticos sin licencia. Otros lugares como Barcelona o la Comunidad Valenciana ya lo hacen y ese es el camino a seguir sin más dilación.