El próximo 29 de septiembre entrará en vigor la Ley de Bienestar Animal estatal, que, entre otras medidas, establece que los propietarios de uno o más perros deberán tener obligatoriamente un seguro de responsabilidad civil, para poder cubrir los posibles daños que sus mascotas pudieran ocasionar. Esta circunstancia puede favorecer, de manera no prevista ni querida, que algunas personas opten por abandonar a sus animales de compañía.
"En el caso de la tenencia de perros y durante toda la vida del animal, la persona titular deberá contratar y mantener en vigor un seguro de responsabilidad civil por daños a terceros", señala la Ley 7/2023, de 28 de marzo, de protección de los derechos y el bienestar de los animales, en su artículo 30.3. Dicha norma, conocida popularmente como la Ley de Bienestar Animal, entrará en vigor el penúltimo día del próximo mes de septiembre en toda España.
El citado seguro de responsabilidad civil, que será ya obligatorio en todos los casos, deberá incluir en su cobertura "a las personas responsables del animal, por un importe de cuantía suficiente para sufragar los posibles gastos derivados, que se establecerá reglamentariamente".
En estos últimos años, sólo se exigía que el propietario de un perro tuviera un seguro de responsabilidad civil en el caso de que fuera el dueño de un can encuadrado dentro del grupo de los denominados Perros Potencialmente Peligrosos (PPP).
Por lo que respecta al precio medio del seguro que deberá suscribirse en todos los casos dentro de unas semanas, sería de unos 30 euros al año para las razas no peligrosas y de unos 50 euros al año para los PPP. El importe será mayor si se desea que el seguro suscrito tenga también cobertura veterinaria o de accidentes, con un coste total aproximado de unos 400 euros y de unos 100 euros, respectivamente.
NOVEDADES LEGISLATIVAS
En el mencionado artículo 30 de la Ley de Bienestar Animal también se establece que "las personas que opten a ser titulares de perros deberán acreditar la realización de un curso de formación para la tenencia de perros que tendrá una validez indefinida". En cualquier caso, dicho curso de formación "será gratuito" y su contenido se determinará también "reglamentariamente".
"Todo esto me parece bien, tirando a ridículo", explica Laura, que tiene un terrier de 13 años, de nombre Suco. "Te obligan a hacer un curso para tener perros, pero no te exigen hacer un curso para tener hijos, que es más delicado y supone una mayor responsabilidad", indica.
En cuanto al seguro obligatorio, señala que no le parece mal. "Habrá razas para las que será ridículo, pero habrá otras para las que se demostrará que es necesario", añade Laura, quien reconoce que "cualquier perro se puede volver peligroso en un momento dado o provocar sin querer un accidente, pues a veces hay situaciones imprevisibles".
Por otra parte, Laura se pregunta quién se encargará de controlar que el propietario de un perro tenga suscrito dicho seguro de responsabilidad civil. "En el caso de Suco, nadie me ha parado nunca para preguntarme si llevaba o no el chip identificativo, aunque por supuesto lo lleva", recalca.
POSIBLES REACCIONES
"Esta gente que quizás abandonaría a su perro para no pagar ese seguro anual, en el fondo es que ya de por sí es un poco desalmada", critica. Por otra parte, considera que "las personas que tratan bien a sus mascotas, se comportan siempre bien con ellas, por lo que no necesitan hacer ningún curso". Su conclusión es que, aun así, le parece positiva "cualquier medida que contribuya a que los perros estén bien".
En el mismo sentido se expresa Toni, que posee un bóxer de un año de edad, que se llama Tuc. "Yo creo que nadie abandonará a su perro por tener que pagar 30 o 40 euros más al año, a no ser que sea una mala persona que realmente no merezca tener un perro o que esté buscando una excusa para abandonarlo", afirma. "Por contra, lo del curso me parece un poco absurdo", ironiza.
Por su parte, el matrimonio conformado por Miguel Ángel y Juani recuerda que ha tenido diversas mascotas a lo largo de su vida. "En nuestro caso, el seguro de responsabilidad civil estaba ya incluido en el seguro del hogar que habíamos contratado", especifica Miguel Ángel, quien también considera que si alguien se desentendiera de su propio perro sólo por tener que pagar un seguro, "sería porque no quería a su perro y hubiera hecho lo mismo en cualquier otra circunstancia".
"En el argot de los administradores de fincas, cuando alguien pone pegas que no tienen sentido, se dice que pone excusas de mal pagador; pues bien, en el caso del que estamos hablando ahora, sería también igual", destaca, para apostillar: "Al final, si quieres a tu perro, en el fondo no deja de ser uno más de la familia".
CURSOS INNECESARIOS
"Desde que nací, en mi casa siempre ha habido perros y gatos", explica Nuria, de 81 años de edad. En su piso tiene ahora un rater mallorquín, de nombre Terry, que tiene más de 14 años. "Lo de tener que pagar un seguro de responsabilidad civil no me parece mal del todo", indica, pues, según añade a continuación, "un perro que no ha hecho nunca daño a nadie puede reaccionar mal un día y morder a un niño o a un adulto".
En cambio, se muestra especialmente crítica con la obligación de tener que hacer un curso para saber cómo tienes que tratar a un perro. "Es cierto que hay personas que maltratan a su mascota, pero con curso o sin curso la seguirán maltratando", sentencia. "¿Usted cree que a mis 81 años tengo que aprender ahora cómo criar a un perro?", pregunta, mientras sonríe al mismo tiempo.
Por último, Nuria reconoce que puede haber algunas personas que debido a su mala situación económica no puedan pagar el mencionado seguro. "Por tanto, esas personas abandonarán a su perro, o bien, en caso de no tenerlo, desistirán de ir a buscar uno a un refugio para adoptarlo", explica.
En principio, el incumplimiento del artículo 30 de la Ley de Bienestar Animal será considerado una infracción leve, que puede ser sancionada con un apercibimiento o con una multa, que puede oscilar entre los 500 euros y los 10.000 euros en total.