Las aglomeraciones suponen un grave riesgo para la salud pública ya que son focos importantes de contagio del coronavirus y de ahí, las limitaciones que se han impuesto a la población para evitar, en la medida de lo posibles, que grandes grupos de personas coincidan en un espacio.
Pero también es cierto que las fiestas son justamente eso: un punto de atracción donde lo normal es que sean muchos los que participen.
La dificultad de lidiar con esa contradicción no está resultando nada fácil. El cierre de conocidas calles como Punta Ballena en Magaluf o la calle del Jamón y la calle de la Cerveza en s’Arenal tras las escenas difundidas hace unos días en las que podían verse a cientos de personas sin guardar el mínimo de seguridad, son prueba de ello.
Pero ya se sabe: "hecha la ley, hecha la trampa" reza el dicho y, tristemente, esta situación no supone una excepción y ya ha ido aflorando un lucrativo mercado de fiestas ilegales que, recordémoslo, son consideradas por la administración como una falta grave que implican multas de entre 3.001 y 60.000 euros.
En mallorcadiario.com esta semana hemos preguntado al respecto: “¿Teme que el cierre de discotecas y locales de ocio dispare el número de fiestas ilegales y sin control sanitario?” y la respuesta mayoritaria de los encuestados ha sido “Sí” (un 90,2 por cien) frente al “No” (un 9,8 por cien).