Para algunas personas conducir es todo un suplicio. Ansiedad, sudores fríos, paralización del cuerpo... son algunos de los síntomas que puede padecer una persona con miedo a conducir o, lo que es lo mismo, amaxofobia.
Una enfermedad mental que puede deberse a factores como haber sufrido un accidente, la participación de seres queridos o conocidos en algún tipo de percance en la carretera o a cualquier tipo de recuerdo doloroso relacionado con la conducción.
A menudo se manifiesta en ataques de pánico, aunque lo normal es que las personas que padecen de amaxofobia sufran ansiedad y agitación cuando tienen que enfrentarse a la conducción de un coche.
Se estima que unas 15.000 personas lo padecen en España de las que el 87’5% son mujeres y el 12’5% son hombres
La amaxofobia afecta, y mucho, en el día a día de las personas pues las hay que deniegan puestos de trabajo, por ejemplo, si estos implican tener que conducir. Afecta negativamente porque las personas afectadas pueden no querer sacarse el carné de conducir o no hacerlo servir. Este problema , en ocasiones y según los expertos, provoca en la persona que lo padece un deterioro de su autoestima, llegándose a sentirse frustrado, incompetente, inferior.
La edad media de aparición del problema se da en torno a los 30-40 años. Condiciones como conducción bajo factores climatológicos adversos, condiciones de tráfico denso, circulación nocturna, la responsabilidad de llevar ocupantes en el coche -especialmente niños-, pueden agravarlo. Afecta tanto a conductores con poca experiencia (menos de 2 años) como a conductores con experiencia pero, eso sí, existe una mayor incidencia en mujeres que en hombres.
