La primera vez que probamos el nuevo Suzuki Vitara (en la versión de gasóleo) este vehículo japonés ya nos gustó bastante en todos los aspectos. Ahora que hemos estado a los mandos de la versión de gasolina 1.4 turbo las sensaciones han sido diferentes, incluso mejores porque,, como veremos más adelante, el dinamismo ha sido mucho mayor, lo cual lo hace un producto más polivalente e interesante.
Recordamos que la primera versión del Grand Vitara se puso a la venta en 2005; esta segunda versión, mucho más SUV que todo terreno, es una apuesta de la marca por hacerse un hueco en este reñido segmento, cosa que parece que ha conseguido en el primer año de vida, ya que ha tenido un gran éxito de ventas. Al principio no había muchas unidades disponibles pero parece que se han normalizado los tiempos de pedido, lo cual hace que sea más sencillo adquirirlo. para ello os podes dirigir al concesionario de Tecnicars, donde el trato es excelente. Estéticamente, no es un modelo muy rupturista respecto a la versión anterior.
Se muestran ciertos rasgos del Evoque y del Qashqai en la parte delantera, sin ser un vehículo que se les parezca en exceso. La parte delantera es más afilada que la de la versión anterior, aunque continúa manteniendo los ¡faros rectangulares, con un diseño más irregular, que cuentan con una mayor agresividad de líneas. En el lateral destacan las llantas cromadas en negro, la inscripción 1.4 Vtara Turbo S y los retrovisores de diferente color, en este caso gris metalizado.
La parte posterior del vehículo quizá es donde la marca tendría que haber sido más osada a la hora de diseñarlo porque los faros tricolor en forma de una especie de trapezoide se muestran excesivamente clásicos para este modelo.
El nuevo motor gasolina turbo 1.4 de 140CV acompaña en la gama Vitara al gasolina atmosférico 1.6 de 120 CV, . El primero, curiosamente consigue mejores prestaciones y menores consumos, esto último bastante llamativo, pero se debe a la eficiencia de los motores turboalimentados. Sólo ponerlo en marcha y meter primera nos damos cuenta de que se trata de un motor con unas prestaciones excepcionales, además de ser muy fino.
Cuenta con diferentes modos de conducción (Auto, Sport y especial para la nieve). En Auto ya presenta una aceleración muy reseñable, que se acentúa al cambiarla al modo Sport, en que se acentúa de forma notable. Los 10?2 segundos que tarda para pasar de 0 a 100 Km/h y la rápida recuperación gracias al turbo intercooler son dos valores importantes que lo convierten en uno de los vehículos más dinámicos de este segmento.
El consumo es otro de los aspectos destacables, ya que la marca anuncia 5?4 litros de media y nosotros hemos llegado a los 6?6, que es una cifra muy buena para un vehículo con estas prestaciones y dimensiones.
El comportamiento en carretera ha sido la sorpresa más agradable, con una dureza justa para que se puedan trazar las curvas a alta velocidad sin que tienda a desplazarse lateralmente, a lo cual también ayuda la tracción 4, que se activa sólo cuando hace falta.
El interior es de buena calidad, con un buen cambio respecto a versiones anteriores ya que los plásticos duros se han sustituido por otros materiales más duraderos, lo cual se agradece a la larga con una mayor ausencia de ruidos innecesarios. El equipamiento de serie es variable según versiones, aunque hay algunos elementos que se añoran en las versiones más bajas, como por ejemplo el sensor de lluvia y de luces, que ya se encuentran en la mayoría de vehículos.