"Ponían en mi boca cosas que no había dicho", ha relatado el que fuera jefe del departamento de Contratación en relación a los interrogatorios tanto en dependencias policiales como judiciales.
En la sesión de este lunes del juicio contra los investigadores del caso Cursach están llamados a declarar como testigos funcionarios del Ayuntamiento de Palma que intervinieron en el concurso de la ORA supuestamente amañado y los exconcejales del PP Irene San-Gil y Gabriel Vallejo.
El jefe de contratación, ha reiterado, en línea con otros testigos, ha defendido la legalidad del concurso y el hecho de que en los interrogatorios tratara de explicar, sin éxito, el proceso y los errores de partida de la investigación y lo que los investigadores consideraban indicios de amaño. "Se escribía lo que les daba la gana", ha afirmado insistiendo en que Subirán "se inventaba" las declaraciones.
"La coacción era la situación. Pasé tres días sin comer ni beber, con un charco de orín en el calabozo. Subirán me trató muy mal", ha relatado en relación a su arresto y paso por los calabozos.
Otros funcionarios han insistido en que el exfiscal Miguel Ángel Subirán era el que llevaba "la voz cantante" y que los interrogatorios iban dirigidos a incriminar a Miguel Ángel Femenía y el exedil del PP Álvaro Gijón. Sobre esto, el jefe de contratación ha afirmado que "intuía" que esta era la intención.
Los testigos que han pasado este lunes por el juicio también han reiterado la ausencia en las declaraciones del letrado de la administración de justicia.