Pues si, el Mallorca tiene dos nuevos accionistas: Kyle Martino, no Al, y Stuart Holden, no William. Ambos amigos de Steve Nash que coinciden en expresar a través de las redes sociales su satisfacción por entrar a formar parte del Real Mallorca SAD.
Perfecto. Nada que objetar. Nos gustaría, eso si, saber si su participación proviene de la cesión de algunas de las acciones del ex-jugador de baloncesto, de Robert Sarver y/o Andy Kohlberg o se convoca una nueva ampliación de capital cuyo desembolso no se especifica dentro de la política de misterio que no cesa en Son Moix. Y es un asunto trascendente porque, de ser así, significa que los americanos empiezan a soltar lastre, lo que puede responder a una operación del capitán que rige el globo aerostático para conseguir mayor altura durante el viaje o, puestos en lo peor, que los dueños comienzan a repartir el pastel para no rascarse el bolsillo más allá de los veinte millones y medio iniciales y esperan que se moje más gente.
Dado que ningún mallorquín ha sido invitado a compartir la mesa de juntas, concluiremos que los americanos saben más de Mallorca que del Mallorca, seguramente informados por Monti Galmés que tampoco se ha apresurado a invertir de su peculio particular dada su condición de presidente sin cartera.
Es decir, en este momento la mayoría accionarial ya no es de tres señores, sin contar con el cinco por ciento que conserva Utz Claassen, sino de cinco. Pero seguimos sin saber a qué ha venido este repóker de ases salvo que haya empezado la fase especulativa del proyecto. Y nosotros sin enterarnos.