Aparentemente agotadas las vías para colocarle en una empresa española, la Zarzuela ha tenido que tirar de familia para amañar un futuro más o menos cómodo al matrimonio formado por Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina de Borbón. En concreto, han llamado a la puerta de los reyes de Grecia en el exilio, Constantino y Ana María, hermano él de la reina Sofía, y más en concreto del hijo de Constantino II, Pablo de Grecia, cuyo suegro es el multimillonario Robert Warren Miller, propietario de la cadena de tiendas DFS (Duty Free Shops).
Robert Miller, nacido hace 80 años en Quincy, estado de Massachusetts y nacionalizado británico, es el padre de Marie-Chantal Miller, la esposa del príncipe Pablo de Grecia. De acuerdo con las fuentes consultadas por Maura de la Peña para Vozpopuli.com, en la operación de traslado a Londres de la familia Urdangarin-Borbón ha jugado un papel capital la reina Sofía, tradicionalmente muy unida a su hermano Constantino, tanto que ella misma viene desde hace tiempo pasando en Londres muchos fines de semana al año, al lado de su familia griega. El papel activo de la reina Sofía contrasta con la relativa indiferencia mostrada por el Rey, cuyas relaciones con Constantino y con su hijo han sido más bien tensas, sobre todo después de que el príncipe Pablo utilizara en alguna ocasión su relación con el Rey de España de forma “inadecuada”.
Iñaki Urdangarin trabajaría como ejecutivo de la cadena DFS en Londres. “La elección de la capital británica es todo un acierto”, asegura una de las fuentes consultadas, “porque es una ciudad lo suficientemente grande como para pasar totalmente desapercibido, y además por contar con la ayuda de los Grecia para ir de su mano, sobre todo desde el punto de vista de las relaciones sociales, durante los primeros meses. La situación del matrimonio en Barcelona es insostenible, porque no pueden ni salir a la calle, ni ir a comprar una barra de pan o ir al cine. Y otro tanto les ocurre a los hijos en el Liceo Francés”.