Es probable pensar que los primeros en llegar a lo que hoy es la ciudad de Nueva York fueran ingleses o quizá holandeses. Sin embargo, esto no es así, ya que la primera persona no nativa en llegar a esa región procedía de República Dominicana. El nombre de Juan Rodríguez engalanará pronto una de las manzanas de una avenida del Alto Manhattan, gracias a un proyecto de ley firmado por el alcalde neoyorkino, Michael Bloomberg.
Así, la avenida Broadway, entre las calles 159 y 218, llevará el nombre de Rodríguez. Se cree que era un negro o mulato originario de Santo Domingo, con facilidad para los idiomas y que logró comunicarse con los indígenas. Administraba un puesto comercial y presumiblemente se casó con una nativa. Curiosamente, no hay acuerdo ni siquiera sobre cómo se escribe su nombre: podría ser Jan o Joao Rodrigues.
La directora del Instituto de Estudios Dominicados de la Universidad de Nueva York, Ramona Hernández, explicó a BBC Mundo que Rodríguez "llegó al área del puerto de Nueva York, sobre el río Hudson, en la primavera de 1613, y decidió quedarse por lo menos hasta 1614". Es especialmente significativo que la autoridades reconozcan oficialmente que el primer inmigrante de la ciudad sea un latino, justo cuando Nueva York se prepara para celebrar sus 400 años.
Descubierta en 1524 por el explorador italiano Giovanni da Verrazzano, el área correspondiente a la ciudad actual estaba habitada por aborígenes, en su mayoría de la tribu Lenape. Pero fue en 1614 cuando fue colonizada por navegantes holandeses. Fue un año antes cuando Rodríguez llegó acompañando al capitán holandés Thijs Mossel a bordo de la nave Jonge Tobias, proveniente de Santo Domingo. Fue el único tripulante en quedarse en el territorio, es decir, el primer y único inmigrante durante ese período.
Los holandeses regresaron a la ciudad en 1614 y la fundaron en 1625 con el nombre de Nueva Ámsterdam. En 1664 los ingleses la conquistaron y rebautizaron como Nueva York. Hernández comentó que fue en 1959 cuando se supo de la existencia de Juan Rodríguez, gracias a Simon Hart, "quien estaba escribiendo sobre la historia de Nueva York, mirando documentación en Holanda, donde encontró archivos notariales con casos legales".