Después de 20 largos años estafando a todo el mundo, el falso príncipe mallorquín ha decidido pedir perdón.
"He arriesgado mucho. Por eso Dios me ha castigado. A todo cerdo le llega su San Martín”, con estas palabras Jacinto Rosselló Solivellas ha implorado su perdón en una entrevista concedida a Vanity Fair.
A lo largo de estos últimos años, el falso príncipe ha vivido a cuerpo de rey, se ha codeado con la jet set mundial hasta que al final su historia se ha venido abajo.
"No puedo comer, el disgusto es... ¿Qué voy a hacer ahora que me han destapado? ¿Dónde trabajaré ahora? La gente me señalará por la calle. No he ahorrado nada, he vivido muy bien. Tendré que poner todos mis bienes a la venta y exiliarme como Urdangarin. Tanto tiempo gastado, tanto esfuerzo y dinero, ¿Para qué?", asegura en la entrevista a Vanity Fair.