Uno de los tesoros del arte mundial, la Capilla Sixtina de Roma, podría cerrar sus puertas al enorme número de visitantes que recibe cada año, para preservar el ingente patrimonio artístico que atesora en su interior.
El director de losMuseos Vaticanos, Antonio Paolucci, así lo dijo al diario italiano La Repubblica. "Si no se interviene de inmediato con la instalación de un nuevo sistema de climatización habrá que rebajar el número de visitas para no dañar el patrimonio".
Ese sistema quitará las partículas de polvo, cambiará constantemente el aire y estabilizará la temperatura. El Vaticano considera esta medida necesaria para que los frescos pintados por el maestro Miguel ángelno se deterioren más.
El polvo, la presión antrópica, el anhídrido carbónico y los cambios climáticos constituyen elementos nocivos que cada visitante trae consigo y minan el microclima de la Capilla Sixtina.
Si el sistema de climatización no es suficiente, será entonces cuando el Vaticano estudie la posibilidad delimitar el número de personas que puedan visitar la Capilla.
No sería el único caso similar. Las Cuevas de Altamira, que albergan frescos antiquísimos, ya prohibieron las visitas para evitar su deterioro, e incluso se realizaron réplicas adjuntas a las originales, con la idea de descongestionar estas.
