¿Se acuerdan de la oscarizada “Don’t look Up” de Adam McKay, traducida al español como ‘No mires arriba'? Una comedia de ciencia ficción protagonizada por Leonardo DiCaprio y Jennifer Lawrence que plasma a la perfección en forma de sátira lo que ocurre con los medios de comunicación y los gobiernos a nivel global en pleno siglo XXI y nos invita a una reflexión profunda.
En la película, el cometa que va a estrellarse contra la tierra y acabar con la humanidad, es una clara analogía con el cambio climático, pero ¿y si el ‘cometa’ que pone en jaque nuestra supervivencia fuera el populismo de toda ideología y la pérdida de valores en una sociedad cada vez más líquida y volátil? Y en tiempos líquidos, volátiles y simplistas, como los que vivimos, la política no es una excepción.
¿No tenéis la misma sensación que yo? Ni los gobiernos ni los medios de comunicación quieren que ‘mires hacia arriba’. Por eso la semana pasada os hablaba en esta misma columna de una sociedad anestesiada mediática y políticamente. Nos manipulan para ver y, lo que es peor, para pensar lo que ellos quieren que veamos y pensemos. Convierten todo en dicotomías que nos dividen. Ponen en marcha la maquinaria de la potente propaganda política y utilizan la recurrente táctica de lanzar cortinas de humo cada una más líquida que la anterior para ir colectivizando y anestesiando a los individuos.
Siempre he defendido que no todo vale en política y tampoco vale hacer política con todo como hemos vuelto a vivir en España en estas últimas semanas. Por eso siento vergüenza y tristeza.
¿Por qué no empezamos a decirle la verdad a los ciudadanos?
Thomas Hobbes en su provocativo Leviatan nos dijo que “cuando los hombres construyen sobre falsos cimientos, cuanto más construyan, mayor será la ruina”. El filósofo inglés concebía el Estado como una figura necesaria para proteger al hombre de sí mismo. Y estoy de acuerdo, pero debe ser también garantía de progreso, además de garantizar la seguridad y la igualdad de las personas. Pero ¿y qué pasa con las libertades y los derechos individuales?
Sin ánimo de parecer alarmista, sino con el objetivo de despertar de esta asfixiante autocomplacencia y de llamar a la reflexión y a la acción, quiero compartir con vosotros mi preocupación ante la amenaza real a nuestras libertades individuales y al progreso de nuestra sociedad. El cortoplacismo partidista y la ya normalizada erosión de nuestras instituciones solo hace que construyamos sobre falsos cimientos que, irremediablemente, nos conducirán a esa ruina de la que hablaba Hobbes.
En definitiva, mientras sigamos mirando hacia donde no hay que mirar, seguiremos bajo la anestesia mediática y política que no quieren que mires hacia arriba, ni que mires al futuro; como ya vimos en ‘Don´t look up’. Pero como esto no es una película en la que ya conocemos su final, aún estamos a tiempo de dejar de mirar hacia abajo o de mirar hacia otro lado e intentar desviar este ‘cometa’ que amenaza con acabar con nuestras democracias liberales. Ya nos avisó Hobbes en pleno siglo XVII de como el poder de los hombres terminaría destruyendo al hombre mismo.