El responsable de la Federación de Servicios de UGT en Baleares, Antonio Copete, advertía este miércoles de que la falta de vivienda afecta no sólo a Palma sino también a núcleos turísticos como Alcúdia o Cales de Mallorca. Lo hacía durante la asamblea de UGT en la que se ha abordado la situación de los trabajadores antes de la temporada turística.
Copete ha apuntado al alquiler turístico como responsable del encarecimiento del alquiler residencial. "Teniendo en cuenta los sueldos de los trabajadores, necesitamos una implicación real tanto de los empresarios como de la Administración". Así, critican que el Govern no haya construído Vivienda Protegida durante la legislatura teniendo en cuenta que en Mallorca hay 3.129 familias que esperan que el IBAVI les adjudique una vivienda de estas características.
Por otro lado, exigen a los empresarios que faciliten "un pacto con la Administración" para impulsar la vivienda social destinadas a los trabajadores. "Si fuera necesario, que pongan dinero de su bolsillo", reclama Copete.
Ante este panorama, UGT ha anunciado que organizará a finales de marzo unas jornadas para abordar la cuestión y "fijar" posiciones al respecto.
EL CONVENIO DE HOSTELERÍA DE BALEARES, UN EJEMPLO A SEGUIR
Por su parte, el secretario estatal de la Federación de Servicios de UGT, Miguel Ángel Cilleros, ha puesto en valor el convenio colectivo de hostelería de Baleares al considerar que es un "ejemplo" en materia salarial al "taponar la externalización" de trabajadores y ha censurado las "opiniones de Calimero" de los empresarios ya que, según ha sostenido, "chocan con los números actuales de las asociaciones sindicales, de las patronales y del propio Ministerio sobre la realidad de la temporada turística".
"El convenio colectivo de hostelería de Baleares es un ejemplo al conseguir acordar y negociar condiciones importantes para los trabajadores no sólo en materia salarial sino también en el taponamiento de la externalización, que es precarización", ha sostenido Cilleros en relación al convenio que, según ha apuntado Copete, "afecta en temporada alta a unos 130.000 trabajadores de hostelería y restauración y a unos 30.000 más del resto del sector turístico".