Sin historia

Ante todo pido disculpas a los numerosos lectores de mallorcadiario.com, huérfanos de este “Cristal” durante el primer fin de semana que tengo libre desde el año 1974. Desde entonces no he fallado un solo día en ninguno de los medios de comunicación que me acogieron. Un detalle que agradezco a esta casa, a su editor y a su director, si bien los mensajes recibidos me exigen un explicación como la que acabo de redactar.

Preámbulo aparte voy a dedicar un solo artículo más al penúltimo presidente del Mallorca, Utz Claassen. Me niego a considerarle una parte de la historia del Mallorca, lo mismo que a Gabriel Cerdá colaborador necesario del profesor alemán que sin la ayuda de Pedro Terrasa tampoco podría haber llegado más alto. Del desastre urdido por quien ya salió del Hannover de forma similar aunque no gemela, también han sido cómplices Toni Tugores y sus compañeros de Comisión del Centenario, sin sustraer a ninguno de ellos, sino más hacer extensible la lista a los responsables de la Federació de Penyes que tan tristemente preside Rosa Planas y al figurón Monti Galmés que ocupa ahora el primer sillón de un palco devenido a menos, sin olvidar a aquellos desinformados que vendieron su alma al diablo a cambio de una triste noticia o algún pacto menos confesable para confundir a la opinión pública.

Prefiero pensar que todos ellos han sido un simple accidente en el marco de un siglo de vida, que también atravesó tiempos difíciles sin necesidad de hipotecar escudo, bandera y sentimientos. Me importa un bledo si el presidente de Syntellix deja el club en el momento en que uno de los socios ha formulado en su contra una demanda por destinar el veinte por ciento de la facturación de la empresa al patrocinio del Mallorca, una coincidencia de sillón que ahora se discute en base a la falta de información suministrada a los consejeros germanos. Si, aquel hombre que exigía criterio y, sobre todo, transparencia hasta lograr su objetivo destructor, tras el cual nos hemos quedado sin saber nada de nada. Un misterio que, no lo olvidemos, mantiene Maheta Molango con el consentimiento o las órdenes de Robert Sarver y sus partenaires.

Por desgracia se veía venir. Lo advertimos unos pocos, poquísimos, conscientes por experiencia e investigación de lo que al Mallorca se le venía encima. Sólo a estos y a aquellos que tragaron para sobrevivir, empleados del club, jugadores, etc, podemos evitar la quema. Pero a enemigo que huye, puente de plata. La institución, una vez más, ha sobrevivido a la insidia. Que se reescriba la historia.