Una de las cosas que nos diferencia a los humanos, la capacidad de comunicarnos con palabras, de opinar, de razonar y por tanto de defender o proponer una solución distinta a un mismo problema. El sabio refranero español dice, que cuatro ojos ven más que dos. Entonces ¿por qué se ha instaurado entre la clase política que todo aquel que no comparta la misma opinión es el enemigo a abatir?
Tenemos un gran número de políticos, además de muchas personas que son afines a los distintos partidos, militan defendiendo un programa electoral que muchas veces ni conocen, y todo es muy respetable, en España los mayores de 18 años tenemos voz y voto. Pero también existe otra gran parte de la población que no tiene carnet -y no me refiero al de conducir-, que no pertenecen a ningún partido es más, algunos de ellos, la política le importa un churro, lo único que les interesa es que aquellos que nos gobiernan hagan una buena gestión para el conjunto del país. ¿Es eso tan difícil de entender?
Para mí Gobernar es como avanzar por un camino, siendo ese camino la Constitución, las leyes, las normas establecidas en el estado de derecho en el que vivimos. Es comprensible que dependiendo de quién gobierne se mantenga más a la derecha del camino, más a la izquierda o por el centro pero lo que es indiscutible en mi humilde opinión, es que hay que mantenerse dentro de los márgenes del camino. Y si en ese camino hay otras personas, hay que caminar juntos ¡aunque no sea de la mano!
Dialogar con personas que tienen una visión distinta a la tuya es enriquecedor y a la vez un ejercicio profunda reflexión que te ayuda a defender tu postura.
No por tener una opinión distinta a la tuya, soy tu enemigo. Pero quizás no lo he entendido bien.