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"Si la gente conociese toda la labor social de la Iglesia, cambiarían prejuicios"

'Si la gente conociese toda la labor social de la Iglesia, cambiarían prejuicios'
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Por Cristina Suárez
martes 25 de diciembre de 2018, 07:00h

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Médico de Atención Primaria, persona con muchísimas inquietudes sociales, preocupado siempre por el más débil... Y católico. Sebastià Serra dirige Cáritas Mallorca desde hace tres meses, después de tomar el relevo de Margalida Riutort. En una fecha tan señalada como hoy para los cristianos, reflexiona con mallorcadiario.com sobre la sociedad actual, sus necesidades y los retos de la Iglesia y concretamente, de Cáritas, entidad con 76 personas contratadas y cientos de voluntarios en la isla. "Somos bastantes pero hay que llegar a más, tenemos una base amplia pero con muchas personas mayores, me gustaría sumar a la gente joven", apunta.

Usted sabe mejor que nadie cómo está la "otra Mallorca", esa que nada tiene que ver con casas de lujo, fiestas y yates. ¿Le preocupa?

Claro, estamos en una sociedad en la que lo único que importa es ganar, quede quien quede en la cuneta. Una sociedad de grandes empresas, es decir, de accionistas, de entidades sin caras. Yo creo en las relaciones cercanas.

Usted es médico de atención primaria en Son Ferriol y Sant Jordi. Habrá visto de todo...

Sí, he visto necesidad hasta el punto de recetar un medicamento y que me digan "no puedo comprarlo". De no tener dinero ni para la salud.

¿Se vio algún día dirigiendo Cáritas?

Nunca lo imaginé, pero lo vivo con mucha ilusión. Llevo desde el principio buceando en la actividad, que es mucha y muy variada porque Cáritas es mucho más que "repartir ropa y comida", como se piensan muchos. Aquí nos preocupamos de las personas, en todos los sentidos, y las problemáticas aumentan, desaparecen o aparecen nuevas. Tenemos un equipo de 76 personas contratadas y cientos de voluntarios.

¿Hacia dónde va la institución?

Aterrizando y conociendo la realidad de Caritas. Muchos proyectos y variados. Destacar la importancia de la labor de Caitas, q no es solo “repartir ropa o comida, no”, aquí se trabaja para personas en el sentido más amplio de la palabra.

Además de las necesidades básicas, ¿qué otras van detectando?

En estos momentos, una realidad preocupante es la falta de vivienda. Imagínese si la gente de a pie tiene problemas para encontrar un piso, lo que deben pasar las personas de un estrato económico menor o inmigrantes y refugiados. Además, cada vez nos preocupa más estas ideas que se van instalando de rechazo a lo que sea "de fuera", que "vienen a quitarnos el trabajo". Todo eso hay que combatirlo, son personas como nosotros.

Tendrán casos concretos de aquí mismo.

Le pondré un ejemplo, Cáritas dispone de un piso que lo hemos reformado y se lo hemos alquilado a una familia senegalesa. Ellos tienen trabajo, podrían pagar una renta pero nadie les alquilaba una casa. No es que no pudiesen cumplir, es que no encontraban quien les abriese una puerta.

Confirma entonces que hay gente que no quiere alquilar por motivos racistas.

Sí, hay prejuicios y eso nos preocupa. En octubre montamos una jornada de sobre la vivienda para reflexionar sobre ella como derecho o como una inversión. Ésta es la cuestión.

Ya que hablamos con la Iglesia, diríamos que es por codicia.

Claro, es que el mercado va por un lado y las necesidades por otra. Nosotros, como Iglesia, trabajamos en red, incluída la Administración. La idea es ser eficientes y que la ayuda llegue a más gente. Contamos con la ayuda de base, en nuestras parroquias, que son las que reciben las demandas de la calle y luego el resto lo gestionamos. Desde dar de comer en nuestros 10 centros de comida en toda Mallorca hasta las tiendas solidarias, pasando por las actividades de formación para capacitar a la gente a encontrar trabajo o los talleres de arreglo de juguetes o de papel. Además, tenemos un proyecto precioso de ayuda jurídica en el que colaboran el Colegio de Abogados y la UIB, prestando estudiantes y profesores asesoría gratuita y ayudarles a arreglar papeles u orientarles en problemas que tengan. En definitiva, ayudar de manera directa así como dar herramientas para que la gente pueda arrancar.

Vivimos en las islas de la riqueza pero ustedes ven el hambre de cerca.

Los estudios acreditan que el 25 por ciento de la población esta en situación de riesgo social, una de cada cuatro. Eso es mucho y más con la tendencia que los ricos sean cada vez más ricos y los pobres, cada vez más pobres. Además de la femenización de la pobreza.

¿Cuántos usuarios atienden?

En noviembre atendimos a 6.800 usuarios en toda la isla y en lo que llevamos de año, unas 38.000 respuestas a demandas variadas. Piense que tan solo en el Comedor Social de Inca servimos 100 comidas y cenas diarias.

¿Ven más adicciones?

Nosotros no atendemos esa realidad pero vemos más consumo de nuevas drogas, además de las de toda la vida. Siempre que se presenta una realidad difícil, la vía de escape son las adicciones.

Como Iglesia que es, ¿le duele los ataques que recibe la institución teniendo en cuenta la labor social que realizan en primera persona?

Si lo dice por lo de los abusos, claro que me duele. Me duele que se hayan cometido y que, en muchos casos, se haya reaccionado tarde y mal. Hay que condenarlos enérgicamente y hacer autocrític, pero tampoco es justo que esa realidad tape todo lo otro, del mismo modo que nuestro servicio tampoco puede justificar lo otro. Estoy de acuerdo con la frase del Obispo Agrelo, de Tetuán, de que “la Iglesia de Cristo ha de buscarse entre los pobres o no la encontraremos".Lo que da credibilidad a la Iglesia es ser coherentes con lo que predicamos, es decir, de ayudar al prójimo.

¿Cuál cree que es la percepción de la gente joven sobre la Iglesia?

Hay muchos prejuicios contra la institución entera, contra la fe, contra lo que es espiritual, pero estoy convencido de que si mostramos quiénes somos y lo que hacemos, que al final es ayudar y ser solidarios, cambiarían su mentalidad. Sin hacer alarde, que eso no es cristiano, pero sí convendría que la gente conociera nuestros valores y acciones. Por cierto, que ponemos en marcha en la misma dirección que instituciones públicas, como el Govern, u ONGs y entidades como Creu Roja, etc. Cada uno con una motivación y unos valores, pero todos compartiendo el mismo objetivo.

¿Cuál es el reto a corto plazo de Cáritas en Mallorca?

En enero empezamos un nuevo plan de acción que debe ser medioplacista y nos gustaría poner encima de la mesa el asunto de la vivienda, de la suma de voluntariado, y de cambio de modelo de sociedad.

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