Lo primero, mi mas enérgica condena a todo tipo de violencia y ,más si cabe aún, al horror que hemos padecido hace unos días en nuestro país vecino, Francia.
La violencia del terrorismo islamista se ha visto no solo como el asesinato de unas personas, sino también como un ataque a la libertad de expresión y al papel de la prensa en una democracia.
Parece como si la libertad de expresión fuera uno de los valores que debe ser más protegido y respetado y , así debe ser, pero para todos y en todas direcciones y nunca como insulto o ofensa al que opina de forma distinta..
Hemos comprobado cómo este semanario satírico francés no deja títere con cabeza ridiculizando todo sin pensar en la ofensa que se puede causar.
Pero mucho me temo que lo que reclamamos sobre la defensa de la libertad de expresión no es del todo cierto, ya que el que se atreve a opinar en contra de ciertos posicionamientos en nuestra cultura contemporánea ,que algunos consideran intocables, es vilipendiado mediáticamente.
Los terroristas que han atentado contra el semanario francés se sentían ofendidos por sus caricaturas de Mahoma. Y este discurso de “ese lenguaje ofende mis sentimientos” es hoy bastante común en algunos grupos. Y si formas parte esa minoría “correcta”, puedes lograr acallar las voces que no te gustan, con esa justificación.
Ninguno de los silenciadores mediáticos de lo políticamente incorrecto ha hecho algo ni remotamente comparable a la barbaridad cometida en París pero todos han contribuido a crear un nuevo clima de intolerancia, una extendida cultura del desprecio por cualquiera que ofenda o que atropelle sus nuevas y “políticamente correctas” teorías.
Arremeter contra Mahoma sí que ha tenido un precio trágico, mientras que fustigar a otros sale gratis.
La defensa de la libertad de expresión implica también el derecho a criticar lo que otros defiendan sin insultar y ofender. La solidaridad con los redactores del semanario no quiere decir que respalde sus ideas
La libertad de expresión no debe ceder nunca ante las amenazas ni las violencias verbales , mediáticas o terroristas . Teniendo en cuenta que la defensa de esta libertad debe llevar también el derecho a criticar lo que otros opinen. Ser o no ser Charlie.