Es otra forma de ver las
procesiones. Sin apretujones, ni cansancio en los pies. Además no hay niños alrededor. Uno se apoya
en la barra y, si deja pasar demasiado tiempo, puede acabar viendo la procesión tal como muestra nuestro
de hoy que, por cierto, vuelve tras el éxito de la Semana Santa 2013