Presunto suicidio colectivo en San Antonio (Texas. Estados Unidos), donde los seis miembros de una familia (el padre, la madre y cuatro hijos) han sido hallados sin vida en el interior de un vehículo que se encontraba estacionado en el garaje de la vivienda en la que residían. Las primeras indagaciones apuntan a que todas las víctimas murieron a causa de la inhalación de dióxido de carbono.
El progenitor de la familia era un militar de carrera adscrito al Ejército de Estados Unidos, de unos treinta años de edad, y sus hijos tenían edades comprendidas entre los 11 meses y los cuatro años.
Los cadáveres fueron descubiertos por unos agentes de Policía que acudieron al domicilio donde vivía la familia alertados porque, desde hacía varias horas, el padre, que llevaba a cabo sus tareas profesionales mediante el sistema de teletrabajo para prevenir el riesgo de contagio del Covid-19, llevaba algunas horas sin conectarse al ordenador.
LOS CADÁVERES DE LOS DOS GATOS DE LA FAMILIA ESTABAN EN EL CONGELADOR
Cuando los efectivos policiales llegaron a la vivienda, notaron un fuerte olor a humo procedente del garaje y, al mismo tiempo, decubrieron la existencia de una nota donde se indicaba la localización de los cadáveres. El autor del escrito también informó de que los dos gatos de la familia estaban muertos y que sus restos se hallaban en el congelador de la cocina.
Al margen de ello, el dispositivo policial sospechó la posible colocación de artefactos explosivos en el entorno del domicilio donde tuvieron lugar los hechos, circunstancia que obligó a desalojar todas las fincas colindantes en esta área de la ciudad tejana de San Antonio. Finalmente, y después de una intensa búsqueda, los agentes no encontraron ningún tipo de artefacto.
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