¡Se oye, se siente, la conga sigue presente!
sábado 29 de junio de 2019, 11:21h
Será el aumento de temperatura. La ola de calor ha cogido a los partidos que deben integrar el nuevo Govern con las ideas confusas. Llegado el momento de conformar el nuevo ejecutivo y una vez anunciado a bombo y platillo, ha saltado por los aires. Se ha impuesto de forma traumática e imprevista el desacuerdo. Al poner cara a la cuota de poder ha estallado la polémica. De traca.
Renunciar a los principios y a los signos de identidad para presentarse a las elecciones en “modo muleta” tiene estas cosas. Podemos y Mes se entregaron a una campaña priorizando que el PSIB obtuviera un buen resultado. El mensaje fue captado por los ciudadanos. Así lo entendieron los votantes antes de colocar la papeleta el 26M y el castigo para los estrategas fue de órdago.
Posteriormente, en la fase uno, todas las energías se centraron en recoger la parte de tarta que los “socioslistos” quisieran ceder. En la fase dos, todo pasaba por estar bien colocado para ser el elegido. La estrategia ha funcionado a la perfección. El resultado, pésimo. Podemos da muestras de aturdimiento y Mes se ha podemizado en un abrir y cerrar de ojos.
El resultado ya lo están viendo. Ningún partido tiene suficientes diputados para conformar mayorías. Estas tienen sentido en un pacto de contenidos, gravitando sobre las formaciones que le dan soporte y con suficiente apoyo parlamentario. ¿Qué no han entendido de la estrategia a la que se han abrazado en tres ocasiones con anterioridad para gobernar? Baleares va a tener un Govern desnaturalizado antes de nacer.
Tanto si se impone el autonombramiento de los negociadores como si se les releva por los protagonismos de una ejecutiva borroka, ¿qué espacio queda para la credibilidad y la autonomía de unos miembros “marionetas” en un Govern para todos los Baleares?
El factor humano es crítico para la seguridad, la fiabilidad y la productividad en una organización compleja. Lo han dinamitado. Por más que se haya firmado en la fastuosidad de Bellver y se haya querido presentar como riguroso, ¡…se oye, se siente, la conga sigue presente!