Si no sabes quienes son, sigue leyendo que ahora mismo te lo explico. Se trata de personas con cientos de seguidores de las recomendaciones que hacen en facebook o twitter. Su opinión sobre cómo vestir, que bebida está de moda o qué lugar es el más cool para tomar copas el fin de semana, es el santa sactorum de quienes leen sus post en las redes o en un blog. Son la brújula de quienes les siguen en la red y por supuesto crean interés en las marcas que ellos mencionan. Los influencers son la nueva tribu del marketing on line. Comenzaron como personajes activos en las redes sociales más por diversión que por otra cosa. Su post sobre algún tema de interés, restaurantes, deportes, life style o moda, por azares del destino o porque comunican bien, gustaron y comenzaron a tener miles de seguidores, creando oleadas de fans y “creyentes”. Dicen los expertos que la clave en el marketing de este 2014, será pasar de lo masivo a la segmentación absoluta, y los personajes que habitan en ese universo comienzan a ser empleados o “utilizados” -según se vea-, por las grandes marcas. El nicho de mercado es el nuevo mantra de los marketinianos. Hasta aquí, todo bien, pero ¿Qué pasa cuando, lo que comienza siendo sinceridad, verdadera opinión, se convierte en post pagados por las marcas y mentiras?, o si queréis, no mentiras pero si omisión o “adorno” de la realidad. Traslado estas ideas al entorno que mejor conozco: la moda. Hace unos días me preguntaron ¿porque si te dedicas a la moda no sigues a las egobloggers? La respuesta, fue fácil: porque no creo en lo que dicen. El blog es un medio que comenzó como la oportunidad para todas aquellas personas que no tenían voz en los espacios tradicionales. Por desgracia, ha terminado prostituido, pagado por las firmas o al menos con cierta tendencia al “soborno”. La egoblogger además, es más ego que nunca, y se lo cree, cobra indecentes cantidades por un post que al final no sirve para nada (lo digo con conocimiento de casos concretos). El cliente, que lo único que desea es promocionarse, si no obtiene resultados sabe a ciencia cierta que ha tirado el dinero y el usuario a la larga, si es lo suficientemente inteligente, se da cuenta que todo lo que antes se criticaba de la prensa tradicional, se ha trasladado al mundo blogger. Y ya ni siquiera me tomo la molestia de hablar del intrusismo. Personajes que tienen trabajos en otros ámbitos pero que se dedican a vender sus páginas o a organizar eventos (como no) sin tener ni idea de lo que están haciendo. Pero en el fondo, ¿quién es el culpable? ¿La sociedad que es capaz de hacer cola para comprar el libro de Belén Esteban pero no se toma ni cinco minutos en ver un informativo o leer un periódico? ¿Los profesionales de diferentes sectores que simplemente se dedican a observar en la distancia, con la idea de que estos nuevos actores no tienen nada que hacer, pero que al final se llevan clientes que ya les gustaría tener a ellos? ¿Y, qué hay de los bloggers, que antes promulgaban la sinceridad ante todo y ahora se rinden al precio de un talonario o de un regalo? Al final, todos afirman que a pesar de regalos, pagos, viajes o lo que sea, su opinión es “sincera” y que en ningún momento se le exige a nadie opinar positivamente si no lo piensan realmente. Pero… ¿tú te lo crees?... Yo no….
