Según sus propias declaraciones en le revista digital “Fansided”, el propietario del Mallorca, Robert Sarver, se plantea vender la franquicia de la NBA conocida por los Phoenix Suns y que se ha clasificado una vez más como el peor equipo de la liga. No asegura que lo haga, pero si que es un buen momento para hacerlo y una forma de sacar rendimiento a la inversión que llevó a cabo en su día. En este sentido no deja de reconocer que, como hombre de finanzas y banquero, siempre se inspira en términos de rentabilidad económica.
Está claro que cualquier fondo de inversión se mueve por el único interés de obtener beneficios de sus compras, a corto o medio plazo en función del producto y la evolución de los mercados. No olvidemos que el millonario de Arizona buscaba un equipo en Europa, cualquiera, y recaló en Palma después de ser rechazado por el Queens Park Rangers y, en España, en desacuerdo con el Getafe, su primera opción, y el Levante, cuya fundación impidió el acuerdo. Vamos, que de mallorquinismo nada y no creo que nadie crea lo contrario.
Algún amigo sostiene que la penosa clasificación del Phoenix obedece a una estrategia del dueño, que utilizaría su preferencia en el “draft” para fichar barato a los mejores y venderlos una vez consagrados. Sea o no cierto, encaja con la filosofía del banquero e inversor. Lo que no sabemos es qué plazo se ha marcado para rentabilizar los ya casi 40 millones desembolsados, se supone, en el club de Son Moix. Habló de un proyecto a cinco años de los que se han consumido tres y si abriga intenciones paralelas a las que manifiesta en internet me temo que necesitará algunos más. Al paso que vamos.