Tal como ha explicado la alcaldesa, “los técnicos municipales han elaborado un estricto plan de seguridad que haremos que se cumpla en todas las plazas. La idea principal es garantizar un espacio con las condiciones adecuadas tanto para los
vendedores, como para los clientes y el resto de peatones”.
Los mercados que se han podido ver estos días, especialmente en el núcleo de Santanyí, son versiones más reducidas respecto a los que se organizaban antes de estallar la crisis del COVID19. En mercado santanyiner de este miércoles había ocho puntos de venta, un número considerablemente inferior al habitual. Todo para garantizar la seguridad sanitaria, tanto de los puestos como de los peatones y de los vecinos que van a comprar.
Se ha diseñado un plan de seguridad con un espacio de dos metros de ancho alrededor de las paradas que queda completamente reservado para los vendedores. Este espacio está delimitado por vallas de seguridad, y después hay una segunda zona, también con dos metros de anchura, para los clientes. Así, solo los vendedores entrarán en contacto con los productos, que ellos mismos cogerán y pesarán para darlos a los clientes.
Además, los vendedores, tendrán que tomar en todo momento las medidas de seguridad correspondientes. El plan de seguridad también deja un espacio suficiente para el resto de peatones porque pasen sin problema alrededor de los puntos de venta y sus clientes.
El regidor de Comercio, Ferias y Mercados de Santanyí, Antoni Matas, ha explicado que “por las dimensiones de la Plaza Mayor de Santanyí, y para poder acoger un mayor número de puntos de venta, estos tendrán cinco metros de largo como máximo. En el resto de núcleos podrán ser de hasta ocho metros. Es un primer paso para empezar activar el comercio del municipio que es fundamental para la economía de nuestro municipio. Tenemos el deseo que puedan venir otros municipios bien pronto, así que haremos todos los esfuerzos para garantizar la seguridad de nuestros comercios y los ayudaremos en todo lo que podamos”.