En el operativo han participado también operarios del servicio de limpieza y personal del departamento de Medio Ambiente que realizaron una primera búsqueda de la posibles zonas donde se encontraban los asentamientos ilegales.
En esta búsqueda se utilizó un dron, también usado para localizar el lugar donde vendedores ambulantes escondían su mercancía en la playa de Cala Saladeta.
Los agentes policiales y el personal de limpieza comprobaron cómo en alguna de la zona de acampada se estaban usando barbacoas portátiles para cocinar, lo que supone un "gran riesgo" de incendio en la zona montañosa.