Me guió hacia unas escaleras que conducían a su estudio, donde sobre una extensa mesa, tenía colocada por orden cronológico parte de la información de su trayectoria. Paso a paso, carpetas y fotografías en las que se detalla la evolución de su obra. Las paredes de cada habitáculo están revestidas de piezas propias. Solo una es de otra artista.
Había preparado café, zumo de mandarinas propias, y unos bollos.
Lo he puesto todo en orden por si podía ser interesante, para tu información… - En ese instante miré a mi alrededor y me di cuenta, estaba ante una persona de carácter ordenado, meticulosa. Tal vez eso va en los genes de alguien que ha nacido en el país de los relojes.
Hija de Caspar de profesión empresario y de Rosalina manager de familia, tiene un hermano que se llama Ralph y es tres años menor, Sandra Magdalena Lehnis es natural de Olten, Cantón de Solothurn en Suiza, una ciudad atravesada por el rio Aar, rodeada de un maravilloso entorno natural entre Jura y las montañas Born, Engelberg y Säli, con una interesante ruta turística por el casco histórico, en la que se puede descubrir la estación, la Torre de la ciudad conocida como Stadtturm de 42 metros de altura construida en 1521, el viejo puente y las fachadas adornadas con frescos, o el paseo denominado el Sendero de los Escritores Suizos. Sandra nace un 16 de abril de 1964…
Ese año se celebró en Suiza la Expo 64 que serviría para mostrar el interés de Europa por una política de unión ante posibles peligros que amenazaban desde el exterior, esta feria serviría como lanzadera para artistas como el escultor Jean Tinguely o el pintor Hans Erni, en abril se inauguraba la Feria Mundial de Nueva York, una exposición internacional en la que Ford presentaba su primer Mustang, la empresa japonesa Sharp estrenaba la primera calculadora electrónica del mundo, Martin Luther King ganaba el Premio Nobel de la Paz, era la primera visita de The Beatles a Estados Unidos, allí el presidente Lyndon Johnson firmaba la Ley de Derechos Civiles que abolía la segregación racial, se consolidaba la teoría Big Bang sobre el origen del universo, llegaba a las tiendas el juguete más popular de la marca Hasbro, GI Joe, nacían Tracy Chapman, Russell Crowe, Dan Brown, Juliette Binoche, Keannu Reeves, Vincent Pérez actor y director nacido en Laussana, China probaba su primera bomba atómica.
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¿Cómo transcurre un día a día en la atmósfera de su taller?
Entro en mi mundo interior para conectar con la esencia de todo. No siempre lo consigo, pero cada vez estoy más cerca. Dependiendo del ánimo y la inspiración a veces me paso horas infinitas.
¿Cuál es su encuentro más primitivo con la pintura?
Desde muy pequeña, me han fascinado los colores, los lápices y los pinceles. A los cinco años, mi madre me inscribió en un taller semanal de expresión pictórica, según Arno Stern. Con siete años, tuve la oportunidad de viajar por primera vez en avión con mi hermano y mis padres a Gran Canaria. Tras esas vacaciones, me enamoré de la vegetación y del mar, fue entonces cuando comencé a pintar las montañas de Gran Canaria utilizando espátulas. Posteriormente me ocurrió lo mismo con Mallorca y el Mediterráneo.
El método que propuso Arno Stern (1924-2024) se basa en que en la etapa infantil nos expresemos con trazo espontáneo, lo que bulle en nuestro interior debe salir libremente. En París creó el espacio “Closlieu”, para que todo aquel que quisiera de cualquier edad, intentara pintar, dejándose llevar por sus emociones y olvidándose de las enseñanzas académicas.
¿Con que recuerdo se queda de su infancia?
Los viajes al sur de España... casi nunca, quería regresar a casa.
¿Cuál era su juguete favorito?
Bloques de construcción de madera para crear espacios y por supuesto papel y lápices de colorines.
¿Qué destacaría de sus distintas etapas como estudiante?
Siempre fui muy comprometida, y desde primaria me preocupaba tener los libros y cuadernos más bonitos. Había que ponerles una funda, y yo les añadía collages o dibujos personalizados. Al llegar a casa, lo primero que quería era pintar o dibujar, algo que a mi padre no le hacía mucha gracia. Su frase habitual era ¡Primero los deberes! Hasta los 16 años, todo fue relativamente fácil, luego, los estudios en la parte francesa de Suiza se volvieron más exigentes y, siendo siempre muy minimalista, el tiempo que dedicaba a mis estudios no bastaba para obtener buenas calificaciones. Prefería ir a bailar los miércoles y viernes, y de hecho, tomé algunas clases de danza con una bailarina profesional. Pronto me di cuenta de que eso no era lo mejor si quería acabar mis estudios, así que me concentré más y logré aprobar el año. Mi gran deseo era estudiar Bellas Artes, aunque mis padres no me lo permitieron; debía elegir una “profesión seria”. Ya trabajaba cuando me puse a estudiar arte en una academia privada, duró tres años. Además, participé en viajes artísticos y tomé clases semanales de dibujo y pintura con artistas nacionales suizos.
Trace un breve destello de su adolescencia
Creo que la viví, soñando.
…Pues sí que ha sido una definición concisa y poética.
Muchos coinciden: la primera exposición es un bello recuerdo…
Sí, era en 1989 en la Kunstszene Zürich – una feria de arte. Un grupo de artistas hicimos una muestra colectiva. Poco después ya tenía mi primera exposición individual en un café de arte, también en Zürich.
¿Cuál es uno de los días con las mejores sensaciones de su vida?
Cuando llegué a Mallorca en barco y las dos ruedas de mi coche tocaban tierra, sentí como si llegara a casa.
En ese momento noté como se emocionaba, las glándulas lagrimales inundaron el contorno de sus ojos.
Me veo obligado a una pregunta obvia ¿Por qué decide residir en Mallorca?
El arte me trajo a Mallorca. Desde pequeña soñaba con vivir en algún lugar del Mediterráneo. En 2005, gané una beca de arte de seis meses en Suiza, que me llevó a Génova, Italia. Dejé mi piso en Suiza, con la intención de quedarme allá después de esos seis meses, pero no fue fácil encontrar un apartamento. Cuando comenté esto a mis amigos en Suiza, me sugirieron contactar con Tomeu Simonet y Nadege del Addaya Centre d'Art Contemporani, quienes acababan de abrir su galería en Alaró y ofrecían residencias. Vine a conocerlos y el resto es historia... Me enamoré de la luz de Mallorca y de los campos infinitos de almendros, un tema que marcó los primeros años de mi obra. De ahí nació la serie 'animus mundi'.
Me cuenta que cuando llegó a la isla se sintió impresionada por las extensiones de almendros y olivos, la distancia en la que están plantados unos de otros, esa visión la ayudo a plasmar una serie de dibujos que luego pasaría a lienzos, influenciada por el ritmo de esos árboles fue haciendo pruebas hasta encontrar el elemento, el árbol reducido a un tronco y el tronco convertido en un punto circular. Ese trabajo minimalista al que definió como “animus mundi” es un ejercicio sobre esos campos infinitos de almendros que se comunican entre ellos, a través de las raíces, del agua, de la tierra o de las ondas.
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Paramos por unos instantes y nos tomamos un zumo de mandarinas que ella misma había recogido en su jardín. Aprovechamos para dar un breve repaso a la trayectoria anterior a descubrir Mallorca y me sitúa en 1998 en Roma, mostrándome una grabados en negro, posteriormente en 1999 un trabajo en óleo negro sobre fondo amarillo, titulado “Spazio”.
En 2001 “growing room” comencé una tarea de pruebas en la que me valí del resultado de la germinación de semillas y me preguntaba ¿Qué le falta para desarrollarse?
En 2002 viene “Growing” y las semillas se abren sobre la tierra, esa explosión de vida es la que me da el motivo de mi nueva colección, primero con dibujos y bocetos en un cuaderno, hasta llegar a finalizarlas sobre una tela.
En 2004 “growing on” se fija en la parte superior de los frutos, de las flores, la corola, el estigma, y de ahí avanza hacia una representación a la que posteriormente para una persona que habla con el alma, quién sabe si seguirá con la reducción de la fotosíntesis o la polinización.
Permítanos conocer algunos aspectos de su personalidad a modo de cuestionario.
¿Qué aficiones tiene?
Viajar, viajar y viajar. Conocer otras culturas y costumbres. Cosa que en los últimos diez años no he podido hacer mucho. Me encanta observar intentando entender lo que hay detrás de todo lo que observo. Quiero hacer visible lo invisible. Lo esencial de las cosas.
Me encanta la percusión. El ritmo, que también puede encontrarse en algunas de mis obras. Por ejemplo en la serie”animus mundi”.
Aconséjenos algún libro que le haya gustado.
Nada Brahma – Die Welt ist Klang. Escrito por Klaus Joachim Berents. The World Is Sound: Nada Brahma: Music and the Landscape of Consciousness.
Alguna película…
Sliding Doors, es una película que narra dos vidas paralelas de la misma persona, dependiendo de si consigue o no tomar el metro en un momento crucial. A partir de este punto de inflexión, la historia se bifurca y muestra dos versiones diferentes de su vida, explorando cómo una simple acción puede alterar el curso de los eventos y las decisiones personales.
¿Escoja una de entre sus canciones favoritas?
Entre otras; “Breathe”, de Midge Ure. Es una canción que me recuerda un momento trascendente, un cambio importante en mi vida. Cuando la escucho pienso en aquella etapa complicada y es como volver a respirar.
Si tuviese la oportunidad de pedir un deseo ¿Cuál sería?
Poderme dedicar solo al arte
¿Qué emoción eliminaría en el ser humano?
La envidia.
¿Tiene influencia en usted la incorporación de la tecnología en el arte?
Me parece interesante, aunque personalmente aún no la estoy utilizando. Tal vez en el futuro lo haga.
¿Qué disciplinas del arte y artistas le seducen?
Me atrae el arte minimalista y esencial, con un enfoque en lo que es fundamental. Me interesa el arte etéreo, que busca evocar sensaciones de ligereza y trascendencia. Algunos artistas que reflejan estos estilos son Donald Judd y Agnes Martin, conocidos por su trabajo minimalista, y James Turrell, quien explora la luz y el espacio en su arte etéreo.
¿A quién encontraríamos entre sus artistas favoritos?
Agnes Martin, Marc Rothko, Robert Ryman, Brice Marden, Pablo Palazuelo, Eduardo Chillida entre varios más.
¿Qué tipo de relación mantiene con otros artistas?
Muy buena – somos un grupo de artistas locales y nos apoyamos unos a otros - cada uno con su obra diferente y propia.
Ha realizado diversas residencias para estudios y talleres de dibujo, técnicas de grabado, de aguafuerte, serigrafía, Bellas Artes, Artes y Oficios, desde 1985 hasta 2007, en diversas localidades de Suiza, y en Italia, en Barcelona y en Mallorca en la Fundació Pilar i Joan Miró.
A lo largo de su trayectoria, la mayoría de exposiciones tanto individuales como colectivas se han llevado a cabo en espacios de Suiza y España, pero también en Alemania, Francia, San Francisco, Santa Fe, California y en Italia.
¿Qué requisitos considera imprescindibles para dedicarse al arte?
Para mí son, el retiro, el silencio, el tiempo, una gran curiosidad, y una conexión con algo más allá, con lo invisible.
¿Cómo enriquece sus conocimientos pictóricos?
Con viajes si posible y visitas a museos y exposiciones que me llaman la atención.
¿Qué momento de la historia del arte es el que más le fascina?
El arte moderno y la época del Bauhaus
Quizás a través de la reflexión de esa atracción por la época Bauhaus podemos analizar el lenguaje de Sandra, en la simplicidad, en la búsqueda del origen de las formas esenciales, los colores primarios, un diseño inherente para su peculiar visión de la naturaleza.
¿Qué le ha llevado a preparar un trabajo sobre la pintora canadiense Agnes Martin?
He dedicado una serie sobre un libro que describe parte de la manera de interpretar la vida y el arte de esta gran artista, y que ella escribió y presentó con motivo de una exposición en Suiza. Me siento muy identificada con sus opiniones y con su tarea, con ciertas influencias en mi inspiración, con sus trazos, sus gestos, sus movimientos. Dice que la artista necesita del sosiego, del retiro y eso se refleja en sus lienzos minimalistas. A veces tengo la impresión de que habla de mi vida cuando la leo. Es como cuando describo líneas sobre una tela y esas líneas reperesentan frases, cartas de amor, a esta Mallorca de la que me enamoré de su luz.
Me recuerda a esos prestigiosos artistas que tiempo atrás visitaron la isla y quedaron cautivados por la impresión que causa la luminosidad que va retirando sus velos a medida que avanza el día y va desvelando una intensidad distinta cada vez que desaparece una de las capas naturales. A Sandra le ocurre lo mismo y lo representa con sus diáfanas geometrías.
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Convive con sus puntos, sus círculos, sus reducciones, en las que aplica acrílicos, ceras, arenas, lápices, grabados, técnicas mixtas, espolvoreadas con tierras antagónicas que van de Lloseta a Bali. Una escenografía expectante sobre una panorámica que se transforma, que muta, que se desdibuja. Su expresividad narrativa, su lenguaje metafórico se eleva cual ancestral canto sobre un pentagrama de notas musicales.
¿Qué ha dejado atrás y le gustaría haber hecho?
Me gustaría volver a realizar diseños para decorar interiores. Al dedicarme tanto a la pintura fui apartando este tema, pero en cuanto recuperase algunos encargos, me gustaría retomar esa afición.
¿Qué veríamos si nos abriese su carpeta de inminentes proyectos?
La exposición colectiva actual en la galería Espai d'art +M en Campanet y otra participación en una colectiva en Suiza en abril en la Alte Kirche Härkingen.
Habíamos llegado al fin de la entrevista y para cumplimentarla me pasó una serie de fotografías de sus obras que se publican en la Galería.
Gracias por la visita – Ha sido un placer - contesté.
Bajo un sol que asomaba tímidamente desde detrás de unas nubes de bajo nivel, cúmulos las llaman los meteorólogos, partí de regreso a mi guarida.
Texto: Xisco Barceló. Fotografías Xisco y Sandra
Un comentario
Muy buena la nota!! Enhorabuena Sandra Lehnis!! Felicitaciones a Xisco por la redacción y entrevista.