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Sánchez pone en riesgo la credibilidad de Armengol

lunes 14 de enero de 2019, 22:00h

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La decisión del Gobierno central de reducir un 11,45 por ciento las inversiones en Baleares para este año supone un duro golpe a la credibilidad de Francina Armengol. El ejecutivo presidido por Pedro Sánchez ha fijado en 152 millones las inversiones del Estado en Baleares, lo que supone 20 millones menos que los invertidos en 2018 por el ejecutivo de Rajoy. Por habitante, las cuentas presentadas por la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, suponen una inversión de 135 euros, lo que deja a nuestra comunidad a la cola de las inversiones de todo el Estado.

La consellera de Hacienda, Catalina Cladera, no ha podido ocultar su decepción por los Presupuestos Generales que el ejecutivo socialista quiere aprobar para este año. Cladera ha calificado la previsión inversora del Gobierno central en Baleares como "claramente insuficiente" y ha tenido que recurrir a las transferencias procedentes del descuento aéreo del 75 por ciento -heredadas de los anteriores inquilinos de Moncloa- para justificar una aportación mínimamente satisfactoria para el Govern.

El futuro de los Presupuestos Generales que el gobierno de Sánchez ha llevado al Congreso es más que incierto, dada la dificultad que tienen para conseguir una mayoría parlamentaria que los apoye. En todo caso, es una declaración de principios sobre la consideración que el Ejecutivo atribuye a cada una de las comunidades. En este sentido, si para Baleares la inversión se reduce un 11 por ciento, para Cataluña aumenta un 66. Este dato dice mucho del poco interés que despierta en Madrid nuestra comunidad y la escasa importancia que el futuro político de los socialistas de Baleares tiene para sus compañeros en Moncloa. Por contra, muestra el mimo que Sánchez dedica a los gobernantes catalanes, de quienes reclama encarecidamente su apoyo a las cuentas del Estado.

La noticia conocida este lunes es un eslabón más de la cadena de decepciones que acumula la sociedad balear en materia de financiación. Máxime cuando desde junio pasado se insistió en que la llegada del PSOE a Moncloa redundaría en un mejor trato para Baleares. Estas decepciones tienen en los sucesivos anuncios de un REB inminente su máximo exponente, aunque pocos son ya los que confían en su aprobación en un plazo razonable de tiempo. Tras verse con Sánchez el pasado 14 de noviembre, la presidenta Armengol afirmó que habría REB antes de final de año, lo que no ocurrió. Durante los últimos meses, ante la evidente falta de compromiso, la respuesta de los miembros del Govern siempre es la misma: "se está trabajando" y "habrá REB lo antes posible". Unas afirmaciones muy alejadas de las críticas que proferían cuando al frente del Gobierno de la nación estaba el PP.

El Govern debería mostrarse más reinvidicativo ante la escasa atención que muestran en Madrid y exigir un trato mejor para Baleares. Al PSIB puede que sólo le comprometa en sus aspiraciones de seguir en el gobierno a partir de mayo, pero la sociedad y las empresas de las Islas tienen en juego su competitividad y el futuro de su progreso, aunque sólo se trate de jugar en igualdad de condiciones que el resto del Estado.