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Sa Jaia Corema

martes 04 de marzo de 2014, 19:03h

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Hoy empieza la Cuaresma. Tiempo de penitencia cristiana y de sacrificio. La tradición popular la vincula con el rito natural del renacimiento físico que también realizan los musulmanes con su Ramadan. En Mallorca, la isla alejada del resto del mundo durante siglos, la tradición religiosa tuvo mucha fuerza. Hoy, aun la tiene en muchas familias. La cuaresma se cumple limitando el consumo de todo tipo de alimentos, alcohol y dulces. Comer solo pescado los viernes y esperar al domingo de resurrección para comer carne, era una práctica en todas las casas. Había familias que tenían bula. O por haberla comprado en Roma o por haber entregado una limosna especial al rector de su iglesia, que santificaba el perdón eclesiástico por no cumplir con el precepto. Hay muy pocos estudios sobre el cumplimiento de la cuaresma carnal del cuerpo humano. Es decir, la limitación o ausencia de todo contacto sexual en las 7 semanas de penitencia. Seguro que algún lector sabe más que yo de este tema y podría ilústranos sobre las costumbres domésticas que regulaban la cuaresma en la intimidad.
Ya no jugamos a cortar, serrar, las siete piernas de sa Jaia Corema. Ya no se monta el cadalso en la Plaza de Cort, para que el verdugo le corte las piernas y queme los restos, el jueves anterior al domingo de resurrección. Son tradiciones pérdidas y olvidadas, que hoy ya no tienen sentido.
Pero si que lo tienen el compromiso personal de hacer la cuaresma por cualquier motivo. Muchos dejan de fumar. Otros no beberán, no comerán grasas ni dulces y los menos dejaran de consumir aquello que les da placer. De eso se trata, de sacrificarse renunciando a algo que te da gusto o placer, con al esperanza que el Dios, o los dioses de la naturalaza te premien con aquello que deseas y no consigues.
Recuerdo a muchos conocidos que han hecho su cuaresma con esa intención. Gente que no cree ya en nada ni en nadie, pero que aun se sacrifican con la esperanza de conseguir algo que por medios naturales, normales, no consigue.
Sacrificarse para recibir un premio. Premio y castigo. La dualidad el bien y el mal. Lo justo y lo injusto. La verdad y la mentira. Y en medio de todo, la realidad. La realidad de una sociedad injusta y falsa que no premia al que lo merece y castiga al que tampoco se lo merece.
Solo son 40 días de penitencia.

Sa Corema ja es pasada;
Mare de Déu que no torn!,
que tenc s´esquena ecorxada
d´anar-me a colgar dejorn.
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