Sa Feixina se resiste a ser tumbada

El monumento a las víctimas de la Guerra Civil ubicado en el Parc de Sa Feixina de Palma, originariamente construido en homenaje a las víctimas del hundimiento del crucero Baleares y que fue adaptado en 2010 para cumplir con la Ley de Memoria Histórica, sigue levantando gran polémica. En esta ocasión, al saberse que la ponencia técnica de Patrimonio del Consell de Mallorca propone declarar el monolito como Bien Catalogado. Eso significa que los técnicos, los expertos en el asunto, apuestan por proteger la construcción al detectar bienes patrimoniales a proteger ante la amenaza de destrucción consciente, voluntaria y caprichosa, proveniente desde el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Palma. Únicamente hubo un voto en contra, el de la directora insular de Patrimonio, Kika Coll, única política presente en este órgano, lo cual lo dice todo sobre la voluntad clara de los políticos de izquierdas de acabar con el monumento por una cuestión meramente ideológica, aún a riesgo de llevarse por delante el patrimonio arquitectónico, histórico y artístico de la ciudad. La propuesta de la ponencia técnica será ahora llevada a la Comisión Insular de Patrimonio Histórico, que deberá decidir si la eleva al pleno del Consell.

El Ayuntamiento de Palma, con su alcalde José Hila al frente, ha mostrado su contrariedad, al igual que ha hecho Podem, verdadero impulsor del derribo del monumento, espoleados por las asociaciones satélite que no se conformaron con la contextualización hecha en 2010 y que ignorando los valores patrimoniales, solo apreciarán como algo positivo los escombros del monumento. Será en la Comisión Insular de Patrimonio Histórico donde los podemitas buscarán plantar batalla junto a sus socios de izquierdas, algo que será novedoso y también sumamente peligroso, pues los políticos tendrán la tentación de tumbar una propuesta técnica, lo que puede no ser inocuo desde el punto de vista legal. Como es de ver, la polémica está servida y el polémico monumento de Sa Feixina sigue y seguirá dando que hablar.

Lamentablemente, sin embargo, se trata de una polémica absolutamente desvinculada de los problemas de los vecinos de Palma, de estricto contenido político camuflado de acto de reparación, cosa que constituye un insulto a la inteligencia, además de un atropello al patrimonio de la ciudad. Los hay que solo quieren fotografiarse ante los escombros del monolito haciendo la señal de la victoria, ignorando todo lo demás. Como si Sa Feixina fuera el cementerio de Porreres. Pero la determinación del pacto de izquierdas topa con una contundente oposición vecinal y de entidades proteccionistas como ARCA, además de con sólidos criterios en defensa del patrimonio, algo que no se puede ignorar solo por pura ideología.

Desde el año 2010, siendo alcaldesa de la ciudad Aina Calvo, el monumento cumple con la Ley de Memoria Histórica y lo es a todas las víctimas de la Guerra Civil. José Hila, que formaba parte de aquel equipo de gobierno, prefiere ir contra sus propias decisiones y dar satisfacción ideológica a Podem solo por salvar el pacto. Pero eso no puede hacerse de forma tan grosera y sin respetar la Ley y el patrimonio de la ciudad.

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