Los hechos sucedieron el pasado 12 de noviembre cuando la condenada, interna en la cárcel de A Lama (Pontevedra) se enroscó un cordón alrededor del cuello estando en la ducha y llamó a voces a su compañera de celda alertándola de lo que estaba haciendo, por lo que los funcionarios acudieron de inmediato y el episodio terminó ahí, según han explicado a Efe fuentes penitenciarias.