La cadena hotelera lo ha explicado en un encuentro en el que ha explicado sus resultados de sostenibilidad e inversión social en 2022, así como sus retos de futuro para este 2023 en adelante.
Carmen Riu, CEO de RIU, ha querido recordar que el 2022 estuvo marcado todavía por la pandemia, con ómicron, y el inicio de la guerra en Ucrania. Todo ello, explicaba Riu, impidió seguir avanzando en los proyectos de sostenbilidad. "Nos dimos cuenta de que teníamos que estar más cerca de nuestros empleados", ha explicado. Por ello, de cara a este año, la CEO ha avanzado que "para este 2023, hemos querido marcarnos objetivos más claros, no solo referentes a ocnseguir un número determinado de cifras en inversión social o circularidad".
Riu tambén ha querido poner énfasis en que cabe "tener en cuenta la realidad de cada país, como la falta de desarrollo y la conciliación familiar". "Queremos apostar por una sostenbilidad sensata, lo que quiere decir que debemos hacerlo con paciencia pero con insistencia", ha sentenciado, en referencia a los problemas de conseguirlo en países subdesarrollados donde hay otros problemas mayores para la población".
Así, la sostenibilidad interna que quiere conseguir RIU, se ha puesto en marcha a lo largo de este 2022, implantando la figura del 'supervisor' en sus hoteles de América y Europa. El reto supone ahora hacerlo también en África y en Índico, consiguiendo así aumentar su plantilla de Responsabilidad Social en el 100% de sus hoteles.
Lo ha concretado Lola Trian ,directora de Sostenibilidad , que ha explicado los resultados obtenidos en 2022 y los ambiciosos retos planteados para el 2023, entre los que se encuentra la incorporación de esos 'supervisores', para que ayuden "a emprender proyectos como la circularidad alimentario, certificación del desperdicio alimentario y la formación del personal en esta materia". Trian ha querido destacar "la importancia y la clave de la formación para afrontar la actual crisis del mercado laboral".
Por su parte, la directora de RSC, Catalina Alemany, ha destacado "la transparencia de RIU, asumiendo también los datos negativos", en cuanto a los datos de la plantilla en relación al género: de los 96 hoteles que tiene la empresa, el 55,4 por ciento del personal contratado son hombres, frente a un 44,6 por ciento que son mujeres. Si se analiza la cifra de los directivos, la brecha de género es aún mayor, en un 73,9 por ciento de los casos son hombres, mientras que las mujeres representan un 26,1 por ciento.
En cuanto a la inversión social, se han llevado a cabo 71 actuaciones este último año, lo que contrasta con las 25 del 2021. Alemany ha puesto en valor la parte social de las empresas turísticas, debido aque "tienen la obligación de ayudar y revertir sus impactos".
La mayoría de sus proyecto han sido desarrollados de la mano de ONGs, destinados sobre todo a la infancia y la salud.