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Ridículum Vitae (III)

Por Miquel Pascual Aguiló
sábado 21 de enero de 2017, 02:00h

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Como ya habrán adivinado los lectores que hayan llegado hasta aquí (lo cual les agradezco profundamente), estamos hablando del pájaro llamado Raül Romeva i Rueda, que en cuestión de tres meses pasó de auténtico flagelo de la corrupción de CDC, a ser el número uno de esta formación al Parlament Català.


Desde el pasado día 14 de enero de 2016 es Consejero de Asuntos Exteriores, Relaciones Institucionales y Transparencia de la Generalidad de Cataluña y donde su ridiculum vitae particular se ha surtido de los más desafortunadas actuaciones, y donde sus más que absurdas y fracasadas reuniones de alto standing se cuentan por ridículos, eso sí, ridículos apoteósicos.


En su cuenta de Twitter, Raül Romeva se autodescribe como «Minister of Foreign Affairs, Institutional Relations & Transparency, Catalan Government», el ministro de Asuntos Exteriores catalán, ¡hay que ser pedante!. Sin ningún tipo de rubor, Romeva envió una carta al entonces Presidente del Parlamento Europeo, Martin Schultz, el 2 de febrero 2016, en la que le informó de que había sido nombrado «Ministro de Asuntos Exteriores, Relaciones Institucionales y Transparencia» del Gobierno catalán.


No faltan los viajes al exterior, que o bien se comunican con muy pocos días al Ministerio de Exteriores o ni siquiera se llegan a hacer (pura auto publicidad). Algunos ejemplos han sido los viajes a Argentina, Uruguay, Paraguay, Estados Unidos o Irlanda. Todos con el objetivo de inventarse una historia que no existe y de presentarse como un Estado independiente en ciernes, a partir de unas elecciones autonómicas en las que los independentistas ni siquiera lograron una mayoría de votos.


En septiembre pasado Romeva aprovechó su viaje a Estados Unidos para reunirse en Washington con un representante del ala más dura del Partido Republicano, Dana Rohrabacher, uno de los cinco congresistas (todos ultra conservadores) que apoyaron el derecho a decidir del pueblo catalán en un encuentro celebrado en septiembre de 2015 en la capital estadounidense con el secretario de Asuntos exteriores del Gobierno. El perfil de Rohrabacher dista mucho del progresismo del consejero Romeva, propuesto por ERC, y contradice mucho la supuesta preferencia política que los nuevos dirigentes de CDC aseguran tener con el Partido Demócrata en Estados Unidos.


Para que nos demos cuenta de quién es el menda este, Dana Rohrabacher, cuatro apuntes bastarán para saber de qué pie calza: Apoyó la Proposición 18 en California de defensa del matrimonio tradicional, así como el patrocinio de grupos separatistas en Irán, apoyó el reconocimiento del derecho de autodeterminación a Baluchistan (Pakistán), es amigo de Putin, como le definió The Washignton Post, defendió la postura rusa en el conflicto con Ucrania. El congresista ha apoyado denodadamente las “técnicas de interrogación reforzadas”, eufemismo de tortura, la prohibición del acceso a servicios públicos para los inmigrantes ilegales en California y ha manifestado su escepticismo sobre la responsabilidad humana en el calentamiento global. Todo un personaje.


Aprovechó su viaje a Washington para rendir homenaje a Abraham Lincoln, selfie incluido. El presidente que declaró la guerra a los Estados secesionistas del sur para defender la unidad de EE.UU, el presidente “unionista” que dirigió la guerra civil contra los Estados independentistas del sur, el presidente que no dudó en declarar la guerra para defender la igualdad de derechos de todos los ciudadanos y la unidad de EE.UU., frente a los secesionistas que se negaban a acatar las leyes federales. ¡Un lince político el tal Romeva!, entre nosotros ¡hay que ser más burro que un arado!.


El autodenominado “minister” de Exteriores de la Generalidad, protagonizó en octubre pasado, un mes después del esperpéntico espectáculo de Washington, uno de los ridículos más notorios desde que el ejecutivo autonómico decidiera “internacionalizar” el proceso separatista. Fue con motivo de su visita a Finlandia, de la que el Diplocat (el organismo encargado de la agenda diplomática) afirmaba erróneamente que era fruto de una invitación del Gobierno y el parlamento de ese país para que Romeva expusiera la “hoja de ruta” a las principales autoridades. Así, el consejero regional se apuntaba un nuevo éxito y llevaba el proceso a los confines de Europa, “más falso que un duro sevillano”.


Hasta ahí la inventiva del Diplocat, recogida sin contrastar y con gran alborozo por los medios catalanistas. Ante la avalancha de “informaciones” y felicitaciones a Romeva, la embajada de Finlandia en Madrid se vio en la tesitura de tener que emitir una contundente nota en la que desmentía que el consejero hubiera viajado a su país por invitación oficial: “Con motivo de las noticias equivocadas publicadas en relación a este viaje, la Embajada de Finlandia en Madrid subraya que: Raúl Romeva, miembro del gobierno de la comunidad autónoma de Cataluña, no ha sido invitado a Finlandia por las autoridades finlandesas. En el transcurso de su viaje va al parlamento por iniciativa de algunos parlamentarios. Ni el gobierno de Finlandia, ni el parlamento, ni ninguna otra autoridad finlandesa es su anfitrión. Los parlamentarios y los demás finlandeses se relacionan con quienes quieran”. Resulta que el ridículo Romeva se reunió en Helsinki con el partido xenófobo Verdaderos Finlandeses.En Italia, el partido de referencia catalanista es el partido de ultraderecha Liga Norte, en Finlandia es Verdaderos Finlandeses una formación xenófoba, populista y antieuropea, por lo que puede concluirse que la ultraderecha internacional es la mejor y única aliada del independentismo catalán. Visto con quién se reúne, el tal Romeva hace bueno el refrán que dice “Dios los cría y ellos se juntan”, y deja claro en qué liga juega el separatismo catalán.