La construcción del Paseo Marítimo de Palma se llevó a cabo en los años 50, con la visión de que debía ser duradero, y así ha sido. Sin embargo, el proyecto de reforma actual carece de una visión de futuro. No se han proyectado aparcamientos para que la gente pueda acceder cómodamente al paseo marítimo, lo que perjudicará mucho a los comercios y restaurantes, ya que se han eliminado unas 1000 plazas de aparcamiento y no está proyectado nuevos aparcamientos que compensen toda esta eliminación. Si se hubieran proyectado tres zonas de aparcamiento subterráneo en diferentes puntos, la reforma del paseo marítimo habría sido una reforma para los próximos 100 años con visión de futuro.
La ejecución de la obra ha sido devastadora para el comercio y la restauración de la zona. No se pensó en ningún momento que la obra podría haberse realizado por tramos, evitando así bloquear tres kilómetros de paseo a la vez. Durante un tiempo, solo 14 operarios estuvieron trabajando, lo cual es inaceptable para una obra de tal envergadura, por el daño producido al tejido empresarial de la zona y vecinos. Ahora, finalmente, han acelerado el ritmo, pero el daño ha sido tremendo.
El anterior responsable de la movilidad en Palma, el señor Dalmau, provocaba deliberadamente en el paseo Marítimo atascos de hasta 40 minutos para cruzarlo. Programaba los semáforos para que estuvieran 30 segundos en verde y 1 minuto y 10 segundos en rojo, provocando largas esperas. Argumentaba que lo hacía para "pacificar" el tráfico, pero en realidad reflejaba su obsesión contra los coches, a la vez que se generaba mucha más polución por la espera. Ellos siempre se las daban de querer una ciudad más limpia sin polución y las medidas que tomaban provocaban más polución. El no crear aparcamientos hace que el tráfico dé más vueltas buscando estacionamiento, con la consecuencia de crear más polución y más tráfico, generando así una mayor sensación de saturación, que era lo que buscaba. Creo que este enfoque extremo ha resultado una de las causas en su desplazamiento a la oposición. Cuando te radicalizas y solo escuchas a unos pocos, ocurren estas cosas.
Ahora, con la llegada del señor Antonio Deudero y el señor Román al área de movilidad y la nueva dirección de la APB, se han ajustado los semáforos, alargando unos pocos segundos el tiempo en verde junto con otras pequeñas modificaciones han mejorado significativamente la movilidad en la zona, demostrando que un enfoque más equilibrado y práctico puede tener un impacto positivo inmediato sin afectar a los peatones.
La situación del Paseo Marítimo de Palma es un claro ejemplo de cómo la falta de previsión y una mala planificación pueden causar enormes inconvenientes y daños económicos. La reforma quedará bien, pero ha resultado ser una carga para los comercios y la restauración que se podría haber minimizado. Es crucial que las futuras intervenciones urbanísticas se realicen con una visión a largo plazo y considerando todas las necesidades de la ciudad. No podemos permitirnos reformas que solo piensen en el beneficio político a corto plazo, sino que deben ser proyectos sostenibles y bien planificados para asegurar el bienestar de todos y que perjudiquen lo mínimo al tejido empresarial.