El mítico restaurante El Bungalow recoge firmas para impedir su demolición

El Bungalow puede ser, en breve, historia. La amenaza del derribo planea sobre un local que nació a principios de los ochenta y que, con el paso de los años, se ha convertido en toda una referencia. Y no sólo para los residentes en la isla sino también por curiosos turistas, quienes han degustado durante décadas sus populares paellas.

"Vamos a luchar con todos los medios para que no acabe todo. Esta casa se la compró mi bisabuelo a su hija, es decir a mi abuela, a principios de los años cuarenta. En concreto, en 1943. Cuarenta años más tarde, obtuvimos la licencia de restaurante", explica a mallorcadiario.com una de sus propietarias, Maleni Bonet.

"Evidentemente, después de tantos y tantos años, nos une un gran vínculo sentimental con el restaurante. Es nuestra casa. Tenemos infinidad de recuerdos ya que allí hemos pasado gran parte de nuestras vidas", recuerda con nostalgia. "Cuando nos los comunicaron, hace unas dos semanas, nos quedamos en 'shock'", reconoce.

Bonet comenta que "si quitan a los antiguos, los nuevos propietarios no serán mallorquines. Vendrá gente con un alto poder adquisitivo que montará sus beach clubs".

"Nosotros llevamos dos años luchando por una concesión que nos deniegan sin darnos ningún motivo", asegura para después matizar que "ni contaminamos ni ensuciamos. Nosotros somos muy respetuosos con el medio ambiente".

Por otra parte, Bonet indica que "no descartamos organizar una manifestación entre los locales que dependemos de Costa para exhibir nuestro enfado por su trato".

RECOGIDA DE FIRMAS

La decisión de Demarcación de Costas ha provocado la reacción de la propiedad. Así, han iniciado una campaña de recogida de firmas para impedir una demolición que también amaga con acabar con otro negocio mítico de la zona, el popular El Peñón 1957.

En la petición, la dirección señala que "la actual política agresiva de la Demarcación de Costas pretende eliminar de nuestras costas los restaurantes de toda la vida, sin atender a la antigüedad y arraigo de nuestros negocios". No hay que olvidar que, esta temporada, establecimientos ubicados en las Casetes des Capellans de Platja de Muro como Can Gavella, el restaurante Olimpia y La Ponderosa Beach han visto frenada su actividad mientras que el chiringuito con piscina Mar y Paz en Can Picafort ha sido derrumbado después de 52 años como lugar de encuentro de diferentes generaciones.

Aguiló, que forma parte de la cuarta generación que dirige el restaurante, apunta que "Costas no solo nos ha denegado la concesión para trabajar como restaurante sino que pretende demoler la casa y el solárium público que hay en frente, cuando ambas cosas están construidas sobre roca viva (no sobre arena) y sería imposible su disfrute a partir de ese momento".

"El Restaurante Bungalow es un negocio familiar que lleva cuatro generaciones y casi cuarenta años trabajando en Ciudad Jardín. La casa se construyó en los años veinte del pasado siglo. En los años 80 obtuvimos los permisos necesarios para convertirlo en restaurante. Hoy por hoy somos un referente tanto para el público mallorquín como para el foráneo, por él han pasado políticos y artistas y se han grabado anuncios para promocionar la isla" subraya antes de agregar que "forma parte, junto al restaurante El Peñón (también amenazado), del paisaje de nuestro barrio de Ciudad Jardín, son los dos edificios más antiguos de toda la línea de playa".

"Tenemos una plantilla de diez trabajadores fijos todo el año y nueve fijos discontinuos, en total diecinueve familias que viven del restaurante, familias ahora amenazadas por esta resolución", zanja.

Señalar que, hasta primera hora de este jueves, la petición ha sido firmada por más de 3.500 personas.

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