El aceite industrial usado es un residuo que, por su toxicidad, su escasa biodegradabilidad y sus efectos sobre la salud y el medio ambiente, es considerado peligroso y muy contaminante. Sólo en Balaeras se han recogido al menos 2.615 toneladas. Son datos de la empresa SIGAUS especializada en sistemas de recogida y reciclaje de aceite industrial. Se ha recogido en 1.565 establecimientos de 62 municipios baleares, de los que el 47 por ciento se ubican en zonas rurales donde existen importantes valores naturales a proteger.
El volumen de aceite usado recuperado se trata de una cantidad mayor que la cantidad de residuo que finalmente es tratado, ya que incluye grandes cantidades de impropios, como agua o sedimentos. Sustancias que, durante el pre-tratamiento, han de separarse para facilitar su gestión final y que, de no gestionarse correctamente, podrían tener un elevado impacto ambiental.
En el entorno rural, SIGAUS recogió aceites usados en 29 municipios, que suponen el 47 por ciento de los municipios totales donde se fue a recoger. Casi una séptima parte de los establecimientos atendidos proceden de este ámbito, y en ellos se recuperaron 242 toneladas de residuo. Generalmente, se trata de zonas alejadas de los centros urbanos, lo que exige una compleja logística y donde la recogida es especialmente importante por el riesgo ambiental que se evita, ya que la mayoría de espacios protegidos se encuentran en este medio.
Durante el pasado año, se recogieron aceites usados en 159 establecimientos ubicados en municipios de zonas desfavorecidas de montaña, que generaron 191 toneladas de residuo.
Los vertidos incontrolados provocan efectos nocivos sobre el agua y la tierra, y su combustión incontrolada conlleva la emisión a la atmósfera de gases tóxicos (con cloro, plomo…), con efectos muy negativos, poniendo en riesgo la supervivencia de especies vegetales y animales, que en algunos casos están en peligro de extinción.
Por ello, desde el punto de vista ambiental, es especialmente importante la recuperación del residuo en establecimientos que se ubican dentro de espacios protegidos, donde el riesgo es aún mayor. En estos entornos durante el pasado año se recogieron 280 toneladas de aceites usados, que se generaron en 113 establecimientos (como instalaciones que se encuentran en paradores de turismo, empresas de gestión de agua, clubes náuticos…), ubicados en algunos de los 27 municipios con espacios protegidos.
BENEFICIOS DE UNA CORRECTA GESTIÓN
La cara amable de este residuo contaminante es que bien gestionado ofrece importantes beneficios ambientales, haciendo posible el ahorro de materias primas, energía y reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Las buenas prácticas de los establecimientos que generan aceites usados hace posible que el residuo, una vez limpio de impropios, sea 100% aprovechado, ya sea como nuevas bases lubricantes o como combustible para uso industrial.
La cantidad neta finalmente gestionada y valorizada por parte de SIGAUS en Illes Balears fue de 2.251 toneladas. Casi la totalidad del aceite usado, 2.190 toneladas (el 97,3 por ciento), se destinó a regeneración, un tratamiento prioritario en la gestión de los aceites usados que permite extraer aceites base utilizados en la fabricación de nuevos lubricantes. La cantidad destinada a este tratamiento permitió devolver al mercado 1.458 toneladas de lubricantes, una cantidad que podría servir para el llenado del cárter de 360.000 turismos, el equivalente al 53 por ciento del parque móvil de turismos de Illes Balears. En términos medioambientales, este tratamiento de los aceites usados hizo posible evitar la emisión a la atmósfera de 6.570 toneladas de CO2.
Los aceites usados que no fueron aptos para ser regenerados se trataron para su posterior valorización energética. El producto resultante es un combustible de uso industrial utilizado en centrales térmicas de generación eléctrica, cementeras, papeleras, equipos marinos, etc., evitando con ello la utilización de otros combustibles tradicionales como el fuel óleo.