Rajoy, ni siente ni padece

Superponga usted los mensajes de Navidad más esperados de este año: el del rey y el de Rajoy. Superpóngalos y compare intensidades y tiempo dedicado a cada asunto.

Felipe VI y el presidente del Gobierno sólo coincidieron a la hora de elegir los tres asuntos de los que querían hablar en sus respectivas misivas: la situación socioeconómica de España, la corrupción y Catalunya. Ambos coincidieron en la elección de asuntos.

Sin embargo, así como el jefe del Estado repartió los tiempos con un cierto criterio que pretendía dar importancia por igual a los tres, al señor de la barba (y, por cierto, ¡cómo sudaba este hombre!) se le ocurrió dar 12 minutos a la propaganda electoral basada en la recuperación económica, 2 minutos y medio a la corrupción (primer asunto de preocupación de los españoles según el CIS), y unos nada brillantes 34 segundos al problema de Catalunya.

Marcadas las diferencias entre uno y otro por superposición de tiempos dedicados, queda claro con lo dicho por cada uno que uno va a las elecciones y el otro no.

Felipe VI teatralizó muy bien el asunto de Catalunya con un "me duele". Rajoy, en cambio, parece asesorado por un preparador físico de aquellos que cuando haces un gran esfuerzo en un entrenamiento te grita aquello de: "no hay dolor, no hay dolor, no hay dolor...!!!NO HAY DOLOR!!!!" para que resistas un poco más. A Rajoy lo que pasa en Catalunya ni le duele ni le deja de doler. Ni le importa ni le deja de importar. Más bien parece que le importa un pito.

"No hay dolor" para un Mariano Rajoy parecía desvelarnos en su discurso sin plasma lo que en realidad era su plan secreto hace cuatro años para poder presentarse a las elecciones generales de 2015: "2012 fue el año de los ajustes, 2013 el de las reformas, 2014 el de la recuperación y 2015 el del despegue de nuestra economía". La cita es textual.

Seguro que todo esto lo tenía escrito en algún cuaderno hace casi cuatro años. Será candidato a volver a presidir el Gobierno, pero anoten bien: nada le duele, nada siente, nada padece.