Era el día 30 de enero de este año, cuando apenas habían pasado 24 horas de la derrota de Rafa Nadal en el Open de Australia ante Roger Federer, que escribía en este mismo medio un artículo al que titulaba “GRACIAS RAFA” . Hoy, el día después de ganar su 10º título en Roland Garros, no me he podido resistir a escribir este artículo.
Pero, me van a perdonar porque esta vez no voy a contar mis anécdotas personales con un Rafa Nadal al que conocí cuando era un niño o con su tío Toni Nadal, esta vez va de emoción y orgullo, todo esto mezclado.
Las tres de la tarde, todo preparado en casa, empieza el partido, delante el último ganador de Roland Garros y número 3 del Mundo Stan Wawrinka, un tenista talentoso, con un revés a una mano deseado por cualquier jugador del Mundo. Caen los juegos, al principio todo va lento, pero de repente Rafa pone una marcha más, parece que está pasando el rodillo, lo devuelve todo, machaca, no perdona una y viene casi sin poderlo disfrutar un rato más, el extasis. En casa estallan las lagrimas, estamos casi temblando de emoción, somos conscientes de que hemos visto algo único, pensamos que irrepetible y que nos acompañará lo que nos reste de vida.
Rafa Nadal, tenista de Manacor, de Mallorca, pero ahora eso no importa apenas, porque te acabas de convertir en Patrimonio de la Humanidad, si alguna vez exisitió el Olimpo, tú tendrías que haber formado parte de el, seguramente al lado del propio Zeus.
No sé donde llegará tu leyenda, pero hoy la gente de bien ha visto un héroe de carne y hueso, alguien capaz de hacer lo que otros no son capaces ni de soñar. Perdóname que te diga por último querido Rafa, que aunque intuyo que quieres más titulos y asumiras todos los sacrificios del Mundo por conseguirlos, tú reto va a ser más grande que el deportivo, tendrás que demostrar que los Dioses son humanos, se pueden tocar, sufren, rien, lloran y constantemente nos dán ejemplos para el resto de mortales y ese es un gran reto.
Quizás te pedimos demasiado, pero este Mundo necesita Heroes y gente en la que creer, hasta pronto Rafael Nadal, te queremos.