En apenas tres días, las negociaciones entre las cúpulas del PP y de Vox para alcanzar acuerdos en las principales instituciones de Baleares han pasado del 'Ni contigo ni sin ti' al 'Quizás, quizás, quizás'. Un ejemplo de ese avance se ha podido visualizar este martes, en el acto de constitución de la Cámara regional para dar inicio a la nueva legislatura.
El recién iniciado noviazgo entre el PP y Vox en Baleares avanza todavía poco a poco, pero, por lo que vamos viendo, lo va haciendo ya con paso firme. Podríamos decir que es un cortejo como los de antes, muy prudente, que requiere sus tiempos y en el que se mantienen siempre las formas. Sólo falta la carabina.
Bueno, en realidad carabina sí que la había y al parecer era Jorge Campos, según afirmaban los expertos en la cosa política. En ese sentido, su inminente marcha a Madrid como diputado en el Congreso habría allanado la posibilidad de que el PP y Vox hayan llegado finalmente ya a un primer pacto en el Parlament. Campos ha acudido este martes a la Cámara, pero sólo para felicitar a sus compañeros y compañeras —por favor, no se me enfaden—, que estaban tan exultantes como él.
El primer paso en la buena dirección —en la buena dirección para el PP y Vox, quiero decir— se había dado ya ayer lunes, cuando ambas formaciones suscribieron un preacuerdo programático, que en el caso que hoy nos ocupa vendría a ser algo así como una especie de acuerdo prematrimonial. Es cierto que no nos encontramos aquí, por tanto, ante un amour fou, un enamoramiento romántico o una pasión desaforada y desmedida, pero también es verdad que, como suele decirse, el roce hace siempre el cariño.
Gracias al citado preacuerdo, este martes ha sido elegido presidente de la Cámara regional el abogado Gabriel Le Senne, de Vox, entre cuyas especialidades profesionales se encuentra la resolución de conflictos de índole societaria. Partiendo de esa base, parecería que, en principio, su designación no puede ser más oportuna en este momento. Por lo que respecta a su primera intervención ya como nuevo presidente del Parlament, hecha mayoritariamente en castellano, ha tenido un tono claramente institucional y ha sido respetuosa en la forma y también en el fondo con todos los presentes.
Le Senne ha concluido su breve alocución con un "¡Vivan las Islas Baleares y Visca Espanya!", exclamación que ha sido secundada con algún otro "¡viva!" y con numerosos aplausos desde los escaños de los integrantes de Vox. Poco después, Le Senne ha recibido ya hoy las primeras críticas, por ejemplo de la expresidenta del Govern, la socialista Francina Armengol, pero no por sus palabras de esta mañana, sino por unos muy controvertidos y cuestionados tuits suyos recientes sobre el cambio climático, la igualdad o el colectivo LGTBI.
Previamente, la diputada autonómica de dicha formación María José Verdú había jurado este mediodía su cargo "por España". Por su parte, los representantes de Més per Mallorca, Més per Menorca y la única diputada de Unidas Podemos han hecho también sus propios y personales añadidos a la fórmula protocolaria legalmente establecida, unos añadidos que, como ustedes habrán intuido ya, no iban exactamente en esa misma dirección.
El pleno de hoy nos ha dejado algunas otras imágenes para el recuerdo, como la del líder de Més per Mallorca, Lluís Apesteguia, haciéndose una foto lleno de orgullo filial junto a su madre; o la del nuevo vicepresidente primero del Parlament, el popular Mauricio Rovira, recibiendo merecidamente el reconocimiento de la bancada de su partido; o la del nuevo diputado socialista Quim Torres, uno de los mejores y más honestos periodistas que este humilde cronista ha conocido nunca.
Una vez acabada la sesión, se han reiniciado las conversaciones del PP con Vox, para conseguir que dicho partido se abstenga o incluso vote a favor de la popular Marga Prohens como nueva presidenta del Govern en la sesión de investidura. Dicha investidura podría tener ya lugar la próxima semana si las cosas no se tuercen en el último instante.
De momento, todo parece estar muy bien encauzado ya entre ambos partidos, pero aún no está cerrado del todo, de ahí el titular de esta contracrónica: 'Quizás, quizás, quizás'. De hecho, para inspirarme a la hora de escribirla incluso he escuchado hoy varias veces el precioso bolero mexicano de idéntico título, en la mítica versión que grabaron en 1967 Silvia Pinal y Los Panchos.
"Siempre que te pregunto/ que cuándo, cómo y dónde,/ tú siempre me respondes:/ quizás, quizás, quizás./ Y así pasan los días,/ y yo, ay, desesperando./ Y tú, tú contestando:/ quizás, quizás, quizás", cantaban dichos intérpretes en las dos primeras estrofas. En el caso que hoy nos ocupa, y siguiendo con esta pequeña alegoría político-musical, Prohens sería Pinal y Los Panchos serían Sebastià Sagreras, Jaime Martínez y Llorenç Galmés, mientras que la persona destinataria de ese ruego ya no sería Campos, sino la líder de Vox en Baleares, Patricia de las Heras.
Hace cuatro años, como saben, todo había sido distinto, no sólo porque el Pacte había repetido mayoría absoluta, sino también porque las conversaciones que mantuvieron entonces el PSOE, Més per Mallorca y Unidas Podemos para configurar un nuevo tripartito en el Govern fueron muy rápidas, desenfadadas y sencillas. No quiero decir con ello que aquello fuera una especie de ménage à trois —con perdón— ni una relación abierta, pues es indudable que desde el principio hubo entre esas formaciones un idilio sólido y consistente, que además parecía que iba a continuar adelante si los resultados electorales del 28-M hubieran acompañado. Pero al final no fue así.
Esos tres partidos, que junto con Més per Menorca se estrenaban hoy en la oposición, hablaban este martes de matrimonio de conveniencia entre el PP y Vox para referirse al inminente acuerdo definitivo que ambos están a punto de suscribir. Ha habido también críticas más duras, provenientes asimismo de otros ámbitos, denunciando que estaríamos viviendo una situación de "emergencia democrática" y de "amenaza a los valores democráticos", o que el "fascismo" habría llegado a la presidencia del Parlament.
Como ven, el noviazgo recién iniciado entre el PP y Vox no cuenta con excesivos parabienes en estos momentos, a lo que habría que añadir que a veces ni siquiera sus dos principales protagonistas parecen estar del todo convencidos de si es bueno o no seguir adelante con sus planes de boda —política— para este mismo mes de junio.
Aun así, de momento tengo ya elegido un título provisional para la contracrónica de la investidura de Prohens, que sería 'Luna de miel', por su más que posible desenlace y como homenaje a la canción seguramente más hermosa y conocida de la gran Gloria Lasso. Es cierto que aún cabe la posibilidad de que no haya boda o de que la haya y acabe más pronto que tarde en divorcio, pero por ahora el PP y Vox parecen aún dispuestos a darle una oportunidad al amor.
Si al final hubiera, sorpresivamente, una ruptura entre ambos, buscaría entonces como epígrafe de mi próximo artículo el título de una muy triste y melancólica canción de desamor, a poder ser un bolero, una ranchera o una balada. Como ven, y pese a todo, en el fondo sigo siendo todavía hoy un romántico y un sentimental —aunque ya muy en el fondo, claro—.
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