Hacer números no sirve de nada porque, entre otros argumentos, las cuentas no salen. El Mallorca no se salvará con las matemáticas en la mano. Necesita al menos 12 puntos para alcanzar los 48 que en modo alguno garantizan la permanencia y sus competidores se encuentran mucho más cerca, solo precisan 6. Dicho de otra manera, donde Córdoba, Almería o Elche han de ganar 2 partidos, los de Sergi necesitan salir victoriosos en 4. Eso sin contar con el Alcorcón, serio candidato al descenso, clasificado aún por encima con un punto de ventaja. Si, la situación ha pasado de ser gravísima a grave, pero no a leve ni siquiera a un pronóstico reservado. El enfermo sigue en la UCI y entubado.
Rechazada la aritmética, cualquier cálculo se basa exclusivamente en la interpretación subjetiva del calendario. Para ello primero hay que adjudicar a los bermellones 4 triunfos virtuales, pongamos que sobre los ilicitanos, fundamental, el Numancia, el Mirandés y, por aquello de eliminar a otro rival directo, el Almería. Pero, ¡ojo!, este último equipo tiene el mismo calendario por lo que también debería vencer a sorianos y burgaleses desactivando esa opción. Los datileros igualmente tienen que jugar contra el MIrandés, otro partido menos a considerar. El Córdoba a priori tiene el calendario más complicado pues se enfrenta a casi todos los de arriba –Getafe, Cádiz, Girona,....-pero no olvidemos que son cuatro los condenados y aunque despreciemos al actual colista hay que considerar las citas del Alcorcón que necesita prácticamente los mismos guarismos.
Para no liar más la madeja, no vayamos a incrementar a los participantes en la quiniela –Nastic, Reus, etc- so pena de causar un verdadero galimatías entre unos, equis y doses. Lo más aconsejable es huir de profecías y aguardar los caprichos del destino, máxime con las cosas que a veces ocurren cuando la liga empieza a tocar a su fin, aunque tampoco nos proponemos cambiar los ingredientes de la salsa de este negocio al que llamamos fútbol.