Uno de los mensajes impactantes que más está corriendo en estas últimas horas es el vídeo de unos médicos y personal de enfermería españoles que nos suplican que, si realmente queremos ayudarles en su trabajo, nos quedemos en casa.
Hasta hace solo dos días, todo ello nos hubiera parecido una absoluta exageración, propia del estado de pánico generalizado que se ha adueñado de una población desinformada que arrasa sin ton ni son los lineales de los supermercados. Sin embargo, a medida que los ciudadanos vamos entendiendo qué es lo que se pretende para hacer frente a la pandemia del coronavirus -y no precisamente por la 'transparencia' del Gobierno-, la medida cobra sentido.
No se trata de evitar ya que nos contagiemos todos, pues, como sucede con la gripe o el resfriado común, eso resulta prácticamente imposible, de manera que tarde o temprano todos padeceremos los efectos de este COVID-19. Se trata, en cambio, de que el ritmo de contagios no sature nuestro magnífico sistema sanitario, es decir, que no todo el mundo enferme al mismo tiempo.
Para ello, lo razonable es limitar al máximo los contactos con otras personas y evitar la progresión geométrica de la epidemia. Cerrar colegios y universidades y evitar en lo posible aglomeraciones -incluidas las colas de los supermercados- puede contribuir eficazmente a que el excelente trabajo y el denodado esfuerzo de nuestros sanitarios obtenga sus frutos.
Por eso, todo aquel que pueda, debe quedarse en casa y limitar al máximo sus contactos. Las empresas deben facilitar que el trabajo que muchos empleados hacen frente a un ordenador se haga desde sus domicilios hasta que se supere el pico de infecciones. Otros trabajadores quizás deberán retirarse a sus domicilios con una suspensión de su relación laboral y percibir durante unos días las prestaciones de desempleo. No es un capricho, es una imperiosa necesidad sanitaria para protegernos.
Los que seguro que no van a poder detenerse ni un minuto son nuestros médicos y enfermeros, a quienes, cuando acabe todo esto -que acabará-, tendremos que erigir un gigantesco monumento.