Pedro Sánchez va lanzado. Millones de vacunas, pasaporte digital para viajar, la España del año 2050, y, por supuesto, sus pronósticos turísticos. Visto el éxito de sus vaticinios en los últimos 14 meses, habrá que poner en cuarentena su previsión de que este verano España recuperará un 30 ó un 40 por ciento del monto total de visitantes de 2019.
Particularmente, creo que se queda corto. Observando el movimiento que ya se ve, analizando el ritmo de vacunación y estudiando el comportamiento del virus en los mercados emisores, uno puede alinearse más con la previsión de la Federación Hotelera de Mallorca que habla de un 50%.
Sin embargo, el reparto de ese 50% de turistas da mucho juego para la discusión, el debate y la polémica, que le invito que traslade a su entorno.
¿Qué es preferible, que solo abra la mitad de la industria turística de la isla y recupere buena parte de las pérdidas de 2019, o que abran todos y se repartan esa mitad?.
Por supuesto que cada casa es un mundo y que, a título individual, cada negocio sabe qué expectativas puede tener y con ellas decidir si abre o no en función de su capacidad de resistencia -ya muy diezmada en todos los casos-.
La disyuntiva da para discutir. Sobre ella, los hoteleros ya se han pronunciado. Si no fue un lapsus, la presidenta de la Federación Hotelera prefiere que solo abra el 50% del negocio turístico. Lo dijo en unas declaraciones hace 8 días. ¿Fue un lapsus o no?. Si no lo fue, podemos pensar que apuesta por una Superliga como la de Florentino Pérez, en la que solo jugarán los más potentes, los que sepan o puedan aglutinar en algunos de sus negocios todo el volumen de reservas.
¿Ha pensado la señora Frontera en todos los negocios turísticos no hoteleros que llevan cerrados más de un año?. A lo mejor estará pensando la potente clase hotelera que con menos negocio abierto, más a repartir. Que si hay poca oferta de restauración, más comidas servirán en el restaurante o bufet de sus hoteles, o que si no hay ocio nocturno podrán montar fiestas alrededor de sus piscinas cobrando o en modo de ‘todo incluido’. En fin. La cuestión da para discutir y cada uno decidirá si le conviene abrir o traspasar.
Lo que no deben olvidar ni unos ni otros es que el turista internacional que elige un destino para sus vacaciones lo hace por todo lo que va a vivir precisamente fuera del hotel: ocio, playa, gastronomía, paisaje, clima, seguridad….. El hotel da la excelencia en el alojamiento para unas horas de estancia al día en las que no debe haber fallos, pero no parece que sea el principal motivo del viaje.
A todo esto, avanza la variante mallorquina del Covid. Esa variante que les descubrí desde esta página la semana pasada. Esa variante del virus que cuando se planta ante un restaurante de la islamira si tiene terraza o no para entrar a infectar en el interior. El Govern no puede ni podrá defender con criterio sanitario que si un restaurante tiene terraza solo puede abrir el interior al 30%, y que si no hay terraza el virus no entrará a infectar al 50% decretado. Así ha quedado la normativa. Vigente por dos semanas a partir de mañana.
Estos son los problemas reales y de hoy de cientos de miles de personas. De los empresarios que acumulan facturas sin ingresos, y de los parados y ERTEs que acumulan meses sin trabajar y sumando deudas. Son problemas que no aparecen en el plan ‘España 2050’ presentado esta semana por Pedro Sánchez.
Sus secuaces alaban la capacidad de previsión del presidente del Gobierno. El resto, cada vez más según las encuestas, se preguntan como puede planificar a tan largo plazo cuando no ha sido capaz en un año de redactar una ley que sustituya al Estado de alarma como prometió en 2020.
Esta vez Sánchez ‘se ha pasao’. No dibuja el futuro de nuestros hijos. Dibuja el futuro de nuestros nietos. Y lo hace sin saber qué hará el resto del planeta. Ante situaciones como esta uno se acuerda del malogrado pero inolvidable Forges. “País…”.