Un puzzle de múltiples piezas con muy malas combinaciones. En eso ha quedado el panorama político español tras las elecciones del 20 de diciembre. Lo primero que debo decir es que prácticamente un tercio de los diputados del Congreso provienen de Partidos Políticos que antes no se presentaban a las elecciones (y eso que nuestro sistema electoral les ha penalizado bastante). Este cambio es mérito exclusivo del PP y del PSOE, que han dado argumentos más que sobrados para perder todos esos diputados.
Mucha gente da por hecho que el PP y el PSOE acabarán formando esa gran coalición de la que se habla desde hace algún tiempo... Yo, la verdad, lo dudo muchísimo. Pedro Sánchez, a tenor de cómo celebró los resultados en Ferraz (¿había algo que celebrar?) parece bastante más dispuesto a explorar opciones de pactos con otros partidos de la izquierda que a permitir un gobierno de Rajoy. Claro que, ante eso, la vieja guardia de su partido se ha apresurado a fijar unos límites muy claros que, según dicen, no se pueden traspasar: la unidad de España. Esa barrera dificulta, desde su base, cualquier negociación con PODEMOS y Pablo Iglesias, a quien le faltó tiempo para condicionar cualquier apoyo de su formación a la celebración de un referéndum en Cataluña: sabe que Pedro le necesita y no le importa endurecer el mensaje. La pelota ahora la tiene Sánchez.
La verdad es que, en estas circunstancias, formar gobierno estable roza lo imposible. El PSOE no creo que pueda aceptar las condiciones de PODEMOS (más todos aquellos partidos que sean necesarios) y mantener su programa electoral y sus señas identitarias más definitorias. Mientras que el Partido Popular, la verdad, tiene muy difícil encontrar los apoyos suficientes como para poder acceder al gobierno y mantener una perspectiva estable, por muchas condiciones que acepten y por más que Rivera vaya a no dificultar su investidura.
La decepción ha sido CIUDADANOS. Parecía claro que iban a obtener un mejor resultado. Encuestas infladas, malas decisiones durante la campaña electoral, falta de decisión de los electores indecisos... Y, sobretodo, ataques recibidos desde todos los frentes. He perdido la cuenta de los vídeos, fotografías, cadenas... que me advertían sobre los riesgos de votar a CIUDADANOS. Parece que a alguien le daba mucho miedo que cumplieran sus expectativas.
Difícil panorama. Yo veo complejo evitar unas nuevas elecciones, aunque debemos confiar en que eso no sea necesario.
En todo caso, que tengan una muy feliz navidad.