Este jueves día 17, a las 10 horas, comenzará la sesión constitutiva de la XV Legislatura en el Congreso de los Diputados, con la toma de posesión de su escaño por parte de los 350 diputados electos que lograron su escaño en las elecciones generales celebradas el pasado 23 de julio. Ellos deberán elegir, en votación secreta, a los nueve miembros de la mesa del Congreso: la presidencia, cuatro vicepresidencias y cuatro secretarías. Esta elección es crucial, pues en ella se decidirá si la Mesa, órgano rector de la Cámara, ostenta una mayoría progresista o conservadora, lo que resultará premonitorio de lo que puede suceder en una próxima sesión de investidura, a la que, a priori, aspiran los líderes del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, y del Partido Socialista Obrero Español, Pedro Sánchez.
En los últimos días se han intensificado las negociaciones entre los diversos partidos y, en especial, entre el PSOE y las minorías nacionalistas, sobre la composición de la Mesa. La candidata del PSOE a la presidencia del Congreso de los Diputados es la expresidenta del Govern y secretaria general del PSIB-PSOE, Francina Armengol. Sin embargo, el PSOE necesita los votos a favor de otros partidos, pues se requiere tener, en una primera votación, la mayoría absoluta del Congreso (176 votos), algo que sólo podría alcanzar con el voto favorable de JuntsxCAT, la formación que lidera Carles Puigdemont desde Waterloo (Bélgica). De no lograr los 176 votos, una segunda votación entre los dos candidatos más votados, inclinaría la balanza; algo que podría suceder a favor del candidato/a del PP. Tal eventualidad, que entra dentro de lo posible, sería un jarro de agua fría para las aspiraciones de Pedro Sánchez y del bloque progresista.
Todo está en manos de JuntsxCAT. Según diversas informaciones, sus elevadas exigencias podrían dejar a la izquierda sin el control de la Mesa del Congreso. Armengol es una buena candidata a presidir la Cámara baja, principalmente a los ojos de aquellos partidos que el PSOE necesita en las votaciones del jueves y también en una eventual investidura. Pero no parece que Puigdemont y los independentistas vayan a vender barata la presidencia del Congreso a los socialistas, por mucho que les pueda gustar la candidata que se les ofrece, que no deja de ser del PSOE, aunque no sea catalana. La contraprestación a plantear por Pedro Sánchez será mucho mayor, a la altura de la necesidad del apoyo de los independentistas catalanes. Y está por ver que el PSOE pueda pagarla.
En todo caso, Francina Armengol puede convertirse en la segunda política balear que ostente la presidencia del Congreso de los Diputados. El primero fue el también socialista Félix Pons Irazazábal, quien ocupó el cargo nada menos que 10 años (de julio de 1986 a marzo de 1996). En las próximas horas saldremos de dudas.