Prueba de compromiso
viernes 14 de abril de 2017, 19:34h
Hace meses que defiendo el compromiso de los jugadores del Mallorca en contra de opiniones mayoritarias, algunas de ellas publicadas en medios de comunicación. Incluso desde el club se ha puesto públicamente en duda el grado de implicación de sus futbolistas, lo que aún es más grave. Ahora, en cambio, se disparan los signos de admiración al conocer que Culio, uno de ellos, ha decidido no asistir al funeral de su madre, fallecida en Argentina, para poder estar el domingo en Zaragoza. Había en el “Jaimito” de los años 50 una sección titulada “En un segundo....cambia la opinión del mundo”.
Maheta Molango, maestro en el arte de despreciar a su propia plantilla con incesantes amenazas incluso antes de empezar el campeonato de liga, aún castigaba a dos profesionales como Santamaría y Ansotegui ordenándoles subir al autocar después de perder en el campo del Alcorcón en contraposición al permiso que les había concedido Olaizola para cenar con amigos y familiares. Por no hablar de la filtración de la salida nocturna de media docena de ellos tras la derrota de Soria y a pesar de encontrarse en período de vacaciones navideñas. Ahora, en un primoroso ejercicio de hipocresía, usan al argentino como ejemplo de entrega y amor a los colores que luce.
Claro, cuando uno acumula malos resultados es muy fácil recurrir a los tópicos de la falta de intensidad, cobardía, nulo esfuerzo, ningún sacrificio, etc, etc. Una afición indignada por sus constantes frustraciones es proclive a la recepción de este tipo de mensajes con los que se intenta desviar el punto de mira hacia el terreno de juego, mientras en el palco todo el mundo corre ante la voz que grita ¡sálvese quién pueda!
Estos jugadores pueden ser mejores o peores e incluso un grupo de tuercebotas si así se quiere, pero estén seguros que hacen lo que pueden y, si no les sale, es porque no saben más, el entrenador no encuentra la forma de que rindan o no creen en lo que hacen, pero, después del balón, son lo más honrado que hay en este podrido mundo del fútbol.