Prostitución y mascotas
jueves 24 de abril de 2014, 16:41h
Como todo en la vida, la convivencia necesita aprendizaje. Cuando somos pequeños iniciamos el camino de las relaciones con otras personas, primero en el ámbito familiar, después en el colegio y finalmente lo hacemos con quien nos rodea. Poco a poco vamos aprendiendo las normas que rigen y regirán nuestras relaciones sociales.
Por naturaleza los niños suelen ser egoístas, intentan por todos los medios satisfacer sus caprichos en cada momento. Durante la relación con otros niños en el parque, en el colegio o en casa de los amigos, los pequeños se acostumbran a ceder y a no pensar únicamente en ellos. Adquieren las destrezas para convivir con los otros, se habitúan a las reglas y asumen los conocimientos emocionales que implican el contacto con las demás personas. Su forma de relacionarse con el mundo procede de sus padres y profesores además del aprendizaje propio. A ello se le llama educación.
El ayuntamiento ha presentado la nueva ordenanza cívica que entre otros temas sanciona la prostitución o los excrementos de animales en la vía pública.
Lo fundamental de esta normativa que se aprobará en breve, es fomentar la convivencia cívica, yo añadiría que también fomenta la educación o al menos intenta recuperarla. Un tema que a tenor de lo que se observa en la calle hace tiempo que se ha olvidado. No vivimos en una isla, ni somos ermitaños. Tener consideración con el vecino de al lado es tan importante como llevarse bien con la familia o la pareja. Esta convivencia pasa por no permitir que nuestra mascota deje sus “regalitos” en mitad de la acera convirtiendo el entorno en un campo minado sucio y desagradable. Pasa por ser considerado y no ir en bicicleta por dónde circulan los peatones. Incluso hay ciclistas que se enfadan porque el ciudadano de a pie va a su ritmo, se sienten con derecho a pitarles o gritarles improperios por su “lentitud” cuando en realidad quienes cometen una infracción son ellos.
Como toda normativa toca temas aún más sensibles como la prostitución. A partir de ahora quienes contraten los servicios de una prostituta serán multados. En este apartado tengo que decir que estoy a favor de legalizar una profesión que es tan antigua como la humanidad, me parece un error mantener a las mujeres que se dedican a ello fuera del sistema. Pero ese tema es largo y complejo.
Desde mi punto de vista, de lo que subliminalmente trata esta nueva ley es de educación; fundamental en la convivencia y comunicación entre las personas. Es necesario mantener el respeto por el entorno y por los demás. Como decía antes, no somos una isla y a cada segundo compartimos la vida con otras personas. Aunque bien es cierto que en ocasiones, nos iríamos a vivir a una isla desierta.