En su opinión, las cifras que arroja actualmente la situación epidemiológica en Mallorca, y que han motivado la aplicación, a partir de este martes y hasta, al menos, el 28 de diciembre, de las restricciones contempladas en el semáforo de la Covid 19, "no invitan al optimismo, dado que se observa un incremento muy claro en la incidencia de la enfermedad que continuará, como mínimo, en el transcurso de los próximos días y que permite vaticinar que las fechas que vienen serán complicadas".
A este respecto, Arranz ha admitido su pesimismo respecto a la posibilidad de que las actuales limitaciones de la fase 4 puedan derogarse a partir del 28 de diciembre, ya que, según ha indicado, "el escenario que se apunta es muy distinto, y todo hace suponer que las restricciones seguirán vigentes en Nochevieja y más allá del inicio del año".
Para el asesor técnico del Govern, estas medidas "son necesarias en una coyuntura como la actual, porque ya han demostrado su efectividad en Ibiza, donde la evolución es mucho mejor que en Mallorca y Menorca", isla actualmente en fase 3 que, siguiendo las explicaciones de Arranz, "había venido arrojando estadísticas bastante buenas que han ido empeorando en las últimas semanas y que ahora tienden a estabilizarse".
CRITERIOS DISTINTOS EN EL CONSEJO INTERTERRITORIAL
En relación a las medidas restrictivas, Javier Arranz ha revelado que el Govern balear, siguiendo las recomendaciones de los técnicos que le prestan asesoramiento en el ámbito del control y prevención de la pandemia, mostró su oposición, semanas atrás, a la decisión adoptada por el Consejo Interterritorial del Sistema de Salud, órgano que cuenta con representación del Ministerio de Sanidad y de las Comunidades Autónomas, en el sentido de flexibilizar las limitaciones aplicadas durante las fechas navideñas en los días más señalados de estas semanas, concretamente el 24, el 25 y el 31 de diciembre, además del 1 de enero. El Consejo dictaminó que en esas ocasiones concretas el toque de queda podría ampliarse hasta las 1.30 de la madrugada, y que hasta diez personas podrían estar presentes en las reuniones sociales y familiares.
En el caso de Baleares, estas medidas más permisivas no se aplicarán en Mallorca, pero sí en las otras islas, al no estar catalogadas en la fase 4 de riesgo máximo por Covid. Y ello a pesar de que, según afirma Arranz, el Govern presidido por Francina Armengol defendió la postura contraria en la reunión del Consejo Interterritorial, al entender que esta flexibilización podría incidir muy negativamente en la evolución epidemiológica.
Arranz ha señalado al respecto que la proliferación de contagios positivos "es preocupante, y retirar ciertos límites en cuanto a aforo u horarios no nos pareció, ya incluso de que se aplicase la actual fase 4, la mejor opción. Ese fue el criterio que el Govern expuso ante el Ministerio de Sanidad y las otras Comunidades Autónomas", si bien al final prevaleció la opinión mayoritaria y acabó aprobándose la propuesta.
MÁS CASOS CON SÍNTOMAS
Para el portavoz del grupo técnico, el efecto más contraproducente del aumento de las infecciones es que "condiciona poderosamente la presión asistencial y, por tanto, la capacidad de hospitales, las UCI y los centros de salud para atender a los usuarios. Hay que preservar el sistema sanitario para que pueda seguir moviéndose en unos parámetros de calidad y normalidad, y si los contagios se incrementan, este objetivo se pone claramente en riesgo".
Además, de acuerdo con Arranz, en la etapa más reciente de la pandemia, "se está constatando un crecimiento de los casos sintomáticos, en contraposición a los periodos iniciales. Eso implica que hay más pacientes que precisan de ingreso hospitalario, o incluso en la UCI, por no hablar del aumento de la mortalidad".
Al mismo tiempo, Arranz ha arremetido contra los "comportamientos incívicos, egoístas e insolidarios" que, según ha resaltado, "se siguen produciendo a pesar de la evidencia de las cifras epidemiológicas". El médico, especialista en Atención Primaria y Comunitaria, ha admitido su "estupefacción" ante este tipo de actitudes, y ha reconocido que los responsables sanitarios ya no saben "qué hacer ni qué más decir" para evitar que las fiestas clandestinas y las grandes aglomeraciones incontroladas, en las que generalmente no se guardan ni las más elementales medidas de seguridad, se sigan produciendo.
Paralelamente, las aglomeraciones a las que ha hecho referencia el portavoz técnico del Ejecutivo en el ámbito de la Covid se hallan íntimamente relacionadas con determinadas fechas, acontecimientos y promociones comerciales, como el reciente 'puente de la Constitución' o las ofertas del Black Friday. Así lo ha reconocido Javier Arranz, para quien con vistas a la Navidad y el fin de año "es más necesario que nunca extremar las precauciones".
NO SE CONTEMPLAN CIERRES PERIMETRALES EN PALMA
Con diversos municipios de la comarca del Raiguer, como sa Pobla, Muro y Lloseta, en el punto de mira de la Administración sanitaria por sus datos anormalmente elevados de contagios, tanto Javier Arranz como la asesora técnica del Govern en el proceso de desconfinamiento, Margalida Frontera, han comentado la evolución epidemiológica en Palma. En este sentido, Frontera ha descartado que, por el momento, la Administración autonómica se esté planteando llevar a cabo nuevos cierres perimetrales en zonas determinadas de la capital balear, como ya ocurrió en su momento en el caso de áreas como Son Gotleu o los espacios colindantes con la calle Arquitecte Bennàssar.
A este respecto, Frontera ha explicado que "no se observa una gran diversidad" en la incidencia de la Covid en los diferentes barrios de Palma, más allá de algunas pequeñas diferencias puntuales. Precisamente por esta razón, la asesora del Ejecutivo descarta que se recupere la imposición de los cierres perimetrales, si bien ha precisado que el comité técnico "siempre tiene abiertas todas las posibilidades, ya que los datos van cambiando cada día y, por tanto, las medidas pueden ser susceptibles de modificaciones, bien para hacerlas más drásticas o, en su caso, para flexibilizarlas".
En cualquier caso, Javier Arranz ha remarcado que la tendencia actual de estabilización de casos en Palma "preocupa" al comité técnico, ya que el municipio "no acaba de abandonar los niveles peligrosos de incidencia, de manera que si, en un momento concreto, se produce un rebrote importante de infecciones podría ocurrir que la alarma sanitaria se disparase de nuevo en zonas o barrios concretos".
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CAMBIO DE ESCENARIO EN LA PENÍNSULA
Por su parte, Margalida Frontera se ha referido también a las razones que pueden estar detrás del llamativo cambio de escenario en cuanto a la evolución territorial del coronavirus. Si hasta hace apenas unas semanas Mallorca, y Baleares en su conjunto, presentaban algunas de las cifras más esperanzadoras del país, ahora el nivel de incidencia de la Covid 19 en las islas es superior a la que presentan las Comunidades peninsulares.
Para la técnica del Govern, uno de los factores que podrían haber contribuido a propiciar esta disparidad de tendencia es que en determinadas regiones de la Península "se llegaron a registrar cotas muy elevadas de contagios que hicieron necesaria la adopción de medidas similares a las que ahora han tenido que aplicarse en Mallorca. Un tiempo después, estas restricciones han hecho posible un descenso de los casos, como esperamos que ocurra también en la isla dentro de un tiempo".
Finalmente, Arranz ha puntualizado la situación en el ámbito docente, precisamente en el momento en que las vacaciones de Navidad introducen un paréntesis en la actividad académica hasta más allá del 6 de enero. Con las cifras actuales en la mano, el Govern "no se plantea", según el portavoz, dar marcha atrás al actual formato mayoritariamente presencial de las clases, ya que, según ha afirmado, las escuelas "no se están comportando como un factor de propagación del virus. Si en el futuro esta situación cambia, lógicamente habrá que revisar la estrategia actual".